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Liderazgo, decisión y coraje para saldar la actual deuda de generación de trabajo digno

Por Carolina Podlesker*

El 1 de mayo es uno de los pocos feriados que se conmemora el mismo día en la gran mayoría de los países del mundo. Esto se debe al impacto y las consecuencias que la Masacre de Chicago de 1886 tuvieron, convirtiendo a esta jornada conmemorativa de los derechos de los trabajadores en un hecho mundial.

Una de las reivindicaciones básicas que se consiguieron luego de ese 1 de mayo que duró 4 días, fue la jornada de ocho horas, donde se buscó hacer valer la máxima de ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso.

Para la Organización Internacional del Trabajo desde la década de los noventa ha existido la preocupación que las naciones luchen contra la pobreza y garanticen la igualdad entre en las personas, por medio de aspectos como por ejemplo el trabajo digno. Es decir, la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, la seguridad en el lugar de trabajo, la protección social para las familias, y la igualdad de oportunidades entre géneros.

Nuestro país se encuentra actualmente entre aquellas naciones que no sólo su gobierno no ha logrado combatir la pobreza – más bien aumentarla -, sino tampoco garantizar el trabajo digno para la mayoría de los argentinos. Para ello, será necesario, entre otras medidas macroeconómicas, llevar adelante la reforma laboral, que tanto ha sido postergada, que promueva las herramientas necesarias para que haya más empleo, mejor remunerado y que permitan aumentar la producción.

Hoy no sólo no están dadas las condiciones de crecimiento para la generación de trabajo digno, sino además estamos frente a un gran dilema donde la educación viene perdiendo la carrera y donde la cultura del no esfuerzo, a través de los planes sociales, se han convertido en una política pública. Es necesario alcanzar, entre otras medidas, un sistema que aliente a la registración de personal y la transformación de los planes sociales en trabajo genuino. Además, se presenta como imperioso frenar los bloqueos sindicales que se realizan en las puertas de las fábricas que no les permiten a las empresas producir libremente. Durante 2022 se registraron 53 bloqueos realizados por 18 gremios de 24 actividades distintas en 11 provincias diferentes.

Un replanteo serio nos queda por delante para este año electoral. No sólo respecto de las medidas que aplicará quien nos gobierne sino también cuál ese modelo socio-cultural e ideológico que lo llevará adelante. Sin duda para saldar la deuda con los argentinos sobre la generación de trabajo digno será necesario liderazgo, decisión y coraje: características ineludibles que deberá tener el futuro gobierno de los argentinos a partir de diciembre de 2023.

* Carolina Podlesker, Concejal PRO – Bloque JUNTOS (Malvinas Argentinas).

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