La consagración de este enorme logro democrático se concretó en el primer Gobierno de Juan Domingo Perón y gracias a la fuerza de Evita que hizo de una lucha histórica, un debate real y posteriormente, la Ley. Pero cabe destacar que fue producto de una larga historia de reclamos por parte de variadas agrupaciones, distintas asociaciones profesionales y diversos partidos políticos.
Este fue un momento bisagra y el comienzo de un camino que aún estamos recorriendo. Es decir, a pesar de que en el año 1951, las mujeres comenzamos a votar masivamente, los retos y los desafíos vinculados a la real participación política femenina no culminaron con la promulgación de la Ley.
Las mujeres comenzamos a tener la obligación de votar pero, como contrapartida, teníamos muchas trabas para poder cumplir cargos políticos. Como digo siempre: “A nosotras nos otorgan primero las obligaciones y después los derechos”.
Estos impedimentos no nos detuvieron y hubo muchas mujeres que no bajaron los brazos. Con esta consigna logramos avanzar y avanzar. Así, en 1991 se promulgó la Ley de Cupo Femenino (N° 24.012) y en el 2017 logramos la Ley de Paridad de Género (27.412).
La Argentina fue el primer país del mundo en sancionar una ley de cupo femenino. La norma establecía un piso mínimo de 30% de candidatas en las listas de partidos políticos para cargos electivos nacionales. Esta normativa fue un avance pero generó un techo.
En el 2017, con la promulgación de la Ley de Paridad en Ámbitos de Representación Política se logró establecer como necesidad garantizar que exista paridad en los órganos legislativos, buscando que la cantidad de personas de los géneros femenino y masculino en dichos cuerpos sea aproximadamente la misma.
Para mí es un orgullo formar parte de un proyecto político que hizo carne esta lucha. Sergio Massa y el grupo de hombres y de mujeres del Frente Renovador fueron grandes guerreros. En la actualidad seguimos atentos para que se cumpla la Ley de forma efectiva.
Que las mujeres tengamos acceso a cargos públicos implica poder empezar a generar una agenda con temas que nos incluyan a nosotras y a nuestras problemáticas para que sean escuchadas y resueltas. Con la Paridad real vamos a resolver un reclamo histórico para terminar con la desigualdad que nos hace las más pobres entre los pobres, que nos impide cobrar un mismo sueldo por igual trabajo, que nos exige hacernos cargo de todas las tareas del hogar y que nos obliga a llorar un femicidio cada 18 horas.
Esto demuestra que el ejercicio pleno de los derechos cívicos aún es un motivo de lucha. Lo que considero importante de destacar es que cualquier logro en esta materia es una victoria para la sociedad en su conjunto, no es sólo de las mujeres ni un retroceso para los varones.
Tengo la plena convicción que esta deuda comenzará a ser saldada a partir del año próximo. El desafío de las que llegamos a los cargos públicos es dejar la puerta abierta para que otras también puedan ser diputadas, concejalas, intendentas, gobernadoras y presidentas. Pero no basta con ser mujer, hay que tener perspectiva de género para encarar los temas que nos preocupan y que nos afectan. Las buenas intenciones no alcanzan, lo vimos durante estos años de gobierno en la Provincia.
Las mujeres tenemos que ser agenda prioritaria de trabajo por parte del Estado y de todos los partidos políticos. El desafío es permanente y formo parte de un grupo de mujeres y de hombres que estamos dispuestos a hacernos cargo.
Por Malena Galmarini – Concejal FR Tigre – Candidata a Diputada Provincial por el Frente TODOS