¿Laissez faire, laissez passer? s.XVIII

¿La mentira es una “negocio” en crecimiento que rinde frutos políticos, económicos?

La presidencia de Macri normalizo peligrosamente la mentira y la política como un sitio de negocios privados, marginando el bienestar general. Fueron cuatro años históricos, donde la mentira se normalizo a una escala que nunca antes habíamos visto, salvo en el 76 – gobierno totalitario y neoliberal-.

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Hay que revertirlo, no será rápido pero la democracia tiene que ser mejor.

Macri, y las personas de su sequito que comparten sus mentiras, no pueden vencer una pandemia, no pudieron respetar la Constitución, como no pudieron con la pobreza cero, ni la inflación; endeudo al país y empeoro las jubilaciones, tampoco hizo escuelas y hospitales, ni viviendas. La disputa por la verdad política e histórica es, ahora, la lucha por cuidar la democracia y la república, en lo teórico y en la práctica. No dar falso testimonio es uno de los mandamientos culturales fundantes. Su incumplimiento es el peor legado del neoliberalismo y de sus muchas y variadas presidencias

Cierto, es difícil mantener una sociedad libre cuando los líderes y los propagadores de noticias, se sienten impunes en la capacidad de difundir mentiras. Sin la búsqueda de verdad y sin confianza se hace empinado recorrer el camino de libertad y justicia social reunidos. La política, lo mediático, como la pandemia, sino se atiende y entiende, puede convertirse en tragedia. Ha pasado antes

El expresidente “juntos”, con neoliberales y antiperonistas realizan actos negacionistas y de “enlace” intentando llevar a la democracia argentina a un territorio de graves tormentas ficcionales.

Macri está tratando de establecer un centro de poder distinto y antagónico al gobierno nacional legítimamente elegido, un gobierno separado y “virtual” con efectos reales, su objetivo es “operar” dentro del gobierno en los tres poderes, sobre todo en el Congreso y no solo dentro del país.

Se aparta de la verdad, y “libera” a otros para que cuenten mentiras, y cosechen algún beneficio. A la Dra. Carrió o Bullrich no le importa expresar cualquier dicho para mantener, a sus espectadores, pegados al canal amigo con los índices de audiencia altos, y los usuarios de redes en línea. O regodearse intentando hacer gobierno “paralelo” militar policiales o de “enlace” anti institucionales. Algunos de sus simpatizantes son pro – vida, pero no siempre pro – verdad.

Macri, exhibió, en estos años, que el único paradigma que tiene es hacer negociados y no ser atrapado. Fue, es, su base y horizonte. Con publicistas esparce sus mentiras masivamente para contaminar, a propios e impropios, entonces nadie sabrá cuál es la verdad.. Su decir, sin respaldo científico, sobre el coronavirus -o sobre temas de gobierno-, casi le funcionó. Macri demostró durante cuatro años que se podía mentir varias veces al día, y ganar las elecciones, no pudo con la reelección. Siempre hubo, hay, personas como él, sin ética y sin moral. Sin compasión ni Ley.

Quizás cree que puede salirse con la suya muchas veces más. Destruir la convivencia es deslegitimar los fundamentos de la Argentina democrática. La publicidad y la propaganda de las mentiras funcionan si se las cree, y el público argentino ha demostrado ser notablemente crédulo. Esto no debería convertirse en la nueva normalidad.

Se necesita restaurar el valor de la democracia, y señalar que las mentiras y los mentirosos no tienen “laissez faire” del siglo XVIII. Se necesita buscar la verdad, luchar por la verdad y desacreditar sin piedad las fuerzas de la desinformación. Es la batalla por la libertad y la justicia social en esta época del siglo XXI.

Por Ricardo Arias – Mariano Añon – Agrupación Sudeste – Primavera 2020