¿La Vida No Vale Nada?

“La vida no vale nada. Si cuatro caen por minuto. Y al final por el abuso se decide la jornada” Pablo Milanes

Hace unos pocos días murió Nora Etchenique, directora de hemoterapia de la provincia de Buenos Aires. Responsable del programa de donación de plasma que está salvando vidas a muchas personas.

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Murió en la ruta. En un accidente automovilístico, yendo al Hospital trabajar 24 x 7 tratando de encontrar una opción para salvar la vida a cientos de bonaerenses y argentinos. 

Nora fue militante política, fue desaparecida, transito los sótanos de muerte y los vejámenes de la última dictadura.

Fue militante de la salud pública. Y así la encontró la muerte. Trabajando por la salud de los y las bonaerenses.

También murió una enfermera en el hospital central de San Isidro afectada por COVID.

Fue despedida con aplausos por sus compañeros y compañeras. Hubo, otros aplausos que de los balcones y terrazas se escucharon algunas noches en reconocimiento a las que como ellas ponían sus vidas en el compromiso por una sociedad justa. Igual que Nora Etchenique igual que muches.

Hoy, les decimos a los que rompen la cuarentena, que no solo se están poniendo en riesgo. Pensamos, dan ganas de gritarles, que son co-responsables que nuestros compañeros y compañeras estén en mayor situación de riesgo.  Qué por cada irresponsable, un integrante de los Equipos de Salud puede morir en el ejercicio profesional. Esta el virus, y también, las cuestiones que facilitan la propagación de la enfermedad y el deterioro de las condiciones de trabajo: la ignorancia y soberbia son también corresponsable de la gravedad de la epidemia.

 En este acontecimiento impredecible pandémico, el desastre, no es una mera información de la TV. Es un hecho y una evidencia que trastorna la realidad. Ellas hicieron carne y espíritu la concepción de “la patria es el otro“.  Les importo quién es ese otro u otra que requería su atención, y no hicieron diferencia al momento de arriesgar la vida para cuidarlos. Mucho menos les intereso saber a quién votó en la política.

Fueron consecuentes con sus sueños e ideales.

No sé movieron un ápice del lugar en el que siempre estuvieron: el compromiso profesional de acompañar al necesitado y prevenir la enfermedad.

No buscaron aplausos fiesteros que luego se transformaron en un “sálvese quien pueda” exhibido desde la Costa Azul.

Fueron solidarias con los colegas, cuando algunos de estos, estuvieron amenazados de ser echados de un edificio o un barrio cerrado por pertenecer a los equipos de salud Pública.

Quisieron con su vida cotidiana, aportar a la construcción de un país inclusivo. Un país que se ponga de pie sin sacrificar compañeros y compañeras. Eran conscientes de la destrucción de los hospitales, del ministerio de Salud de la Nación y del desfinanciamiento de la medicina. Y, aun así, fueron protagonistas del trabajo de todos los días, para un mundo donde quepan muchos mundos.

Querían ser parte de una Patria respetada.

Deseamos, como la mayoría, volver a casa, con el deseo de encontrar a todes bien.  Nuestro homenaje a las compañeras de los equipos de Salud Publica de pie y en marcha.

Por  Dr. Ricardo Arias – Dr. Carlos Muggeri – Agrupación Sudeste