La victoria o el suicidio

Te queda un tiro en el tambor.

 Y en el amasijo no te da para mirar al de al lado…
Te miraste tanto el ombligo que se te fue el colectivo…
 Y ahí en la parada, te espera el estuche…

brickel

Cuando el seis luces esta en el ante último giro, te preguntas a donde fueron las cinco vainas que se piantaron buscando el blanco.
Después que el bronce que contiene el fulminante y que reacciona por la percusión del martillo, eyecta el último plomo cónico. Y no le pega a nada. Te preguntas que hiciste con la pólvora.

Luego de análisis, conjeturas, elaboraciones y el arribo a alguna síntesis. El proyectil sale hacia delante nuevamente (con el último cartucho) está vez sabemos que no podemos fallar, construimos el bloque histórico con los mejores ladrillos que salidos del horno levanten el frente de liberación, con las mejores mujeres y hombres, que forjados en el respeto, la solidaridad y la confianza en el colectivo, nos impida perecer como generación 2001.

O jugamos a la ruleta rusa cumpa?

En este nuevo punto de inflexión de la historia, el alza se dispone con la mira para alinearse y enfocar al gon en el centro del polígono, o bien se te gira solito el bufo hacia el paladar.

El tremendo desafío de tener el futuro en nuestras manos nene, nos obliga a ser mejores de verdad, dejar el biri-biri declamativo para darle sustento y materialidad a la práctica que nos eleva a un  nuevo estadio de la moral que nos constituye con nosotros mismos y con los otros como transformadores de la realidad.. El fermento en el que nos quiere hacer madurar el sistema de representación en el marco de la disputa de poder es chamuyo y sumamente contradictorio con lo que vinimos a hacer.

El error nos devuelve a la tumba. Si en este tiempo que nos devolvió el espíritu crítico, el balance y sobre el mismo la generación de nuevas formas organizativas, con el sujeto de cambio como motor de un nuevo proceso de acumulación y conquistas, rifamos el último corchazo, estamos fritos…

Definimos que la organización popular esta por encima de la “democracia representativa” -porque nos propusimos ser parte activa y no sólo que nos representen- en ese diagnostico que obtuvimos en todos estos años transitando la derrota que nos propinó el frasco nuevo en germinación vieja, la reflexión fue valuarte y encuentro con la escencia que nos trajo al campo de batalla por un nuevo mundo y un nuevo hombre 

¿Cómo vamos a tirar lo acumulado a la compactadora del camión cola de pato que va para el ceamse?

En un marco de endeudamiento sideral que nos dejó el enemigo, con uno de cada dos pibes por debajo de la línea de la pobreza, con vencimientos al corto plazo de 25 mil millones de dólares, con un aparato productivo desmantelado, un cuarenta por ciento por fuera del mismo buscando construir puentes para reinsertarse, el extractivismo haciendo barricadas, tasas de interés desorvitantes, el de 5p del Libertador en retirada por los Andes y el Washington en la pole position, los dueños del vivero atrincherados atrás de los silos, proyecciones negativas de todas las variables, marco internacional adverso, muy adverso. Columna vertebral atomizada, el águila sobrevolando la región y el planeta para generar más asimetrías con la periferia y así seguir con su ejercicio de dominación y consolidación imperial. un 40% del capital político con que se alzó el pibe del Newman que nos sopla la nuca .

Por lo tanto la autoreferencia de los compañeros en detrimento de la mayoría y con claro beneficio individual, la mezquindad, la especulación sobre nuestras filas y la meritocracia dentro de las herramientas forjadas por nuestro pueblo, la omisión de la crítica, el abuso de esa referencia que nos dio el colectivo, la arrogancia y la soberbia, la negación y la subestimación de otras experiencias, el ninguneo a otros compañeros, la mentira y demás desviaciones que nos imprime el enemigo en la configuración de nuevas subjetividades, nos conducen nuevamente al pasado mediato y al cadalso. 

O bien hacemos propio el grito, en voz en cuello, de los pioneros del lagarto de las Antillas que recuerdan cada mañana al entrar al cole, o lo último que sentiremos será el fogonazo y el estruendo.

Seremos como el Che, o San se acabó…
Nos entró el plomo…

Por Negro Nelson- Movimiento Participación Popular