Hablar de la Pascua es hablar de una historia que se ha ido resignificando a lo largo del tiempo. De conmemorar aquel acontecimiento de liberación (pesaj) pasamos a un ritual instituido en ese gran pueblo liberado, para luego ser tomado también por los seguidores de Jesús de Nazareth y brindarle un sentido nuevo. Ha evolucionado. Desde los orígenes más remotos, pasando por estas distintas significaciones doctrinales, hasta hoy: la Pascua / Pesaj tiene que ver con movimiento. Cambios. Trans-Formación.
Y aunque no nos gusten los cambios ¡Son necesarios e inevitables! Cambiar como los ciclos de la naturaleza mísma. Cambiar de tierra, como el pueblo Judío, que tuvo que abandonar ese lugar donde habían vivído mucho tiempo pero donde ya no podían permanecer a causa de la opresión. Transformar la mirada como los discípulos de Jesús lo hicieron para comprender su mensaje y misión.
Usualmente solemos estar cómodas en ciertos “territorios”, llamensé: maneras de pensar, mirar, actuar, vincularnos, trabajar, creer, etc. Y cuando son hábitos cómodos – estáticos, se empiezan a poner feos, como el agua que se estanca y no circula. No nos damos cuenta pero nuestras vidas empiezan a dar aromas poco agradables, de putrefacción, y lo podrido nos enferma. Nos oprime a nosotras y nuestro entorno ¡Y no conozco personas que les guste verse, sentirse, o ser calificadas como desagradables! Si no queremos que nos vean ni sentirnos así… Si no queremos ser autoras de opresión ¿Por qué resistimos las transciciones? ¿Por qué renegamos cuando algo cambia?
Hoy el mundo entero se sacude pidiendo transformaciones. Distintos grupos de nuestra sociedad como los nucleados en el feminismo, movimientos ambientalistas, antiespecistas, de la Diversidad o de Derechos Humanos en general son dispensadores de esa semilla divina de la Pascua. Animan a las comunidades a pasar a paradigmas nuevos de ver y concebir el mundo y a nuestras sociedades.
Tal vez, si nos damos el tiempo de repasar el origen de esta fiesta, veremos que la clave está en confiar en esa divinidad que nos convoca al cambio y nos guía en cada momento de nuestras vidas personales y sociales para ser la mejor versión de nosotras mismas. Fe en el porvenir, por más incierto que parezca. Confianza en Dios ¡Con el nombre y rostro que cada uno prefiera! Movernos en clave de Fe y Confianza para ser, de este modo, protagonistas del cambio que lleve al mundo y a la humanidad al siguiente nivel.
¡Aún el sentido más comercial nos remite al cambio y la transformación! El huevo de pascua: la Vida Nueva.
El ritual por el ritual en sí, la celebración por la celebración misma, no nos sumerge en la profundidad de la festividad si no nos abrimos al mensaje que trae consigo, que busca crecer y evolucionar en nosotras y así transformarnos para bien. Entonces ¿Es Pascua en tu vida hoy?
David de Jesús- Pastor – Iglesia de la Comunidad Metropolitana de Tigre – icmtigrezn@gmail.com