Por Teresa García*
Cada 17 de noviembre conmemoramos el Día de la Militancia como recuerdo del día en que Juan Domingo Perón volvió a la Argentina luego de su exilio en España. Para nosotros no es solo una efeméride, sino un día donde reafirmamos nuestro compromiso con la agenda del pueblo.
Ante todo me defino como militante. Los lugares que ocupamos en las gestiones son una forma más de proclamar y defender a quienes nos eligieron como representantes, pero la verdadera militancia supera esas instancias, está en cada una de las actividades que hacemos. Cualquier dirigente o legislador puede perder su condición de militante cuando deja de conocer la realidad, por eso se debe alimentar esta condición todos los días.
Porque la militancia no es un ente abstracto, somos trabajadoras y trabajadores, madres, compañeros, somos todos los que elevamos a causas comunes lo que parece individual. Nos atraviesa todos los días, desde las causas más cotidianas hasta las trascendentales.
Es la militancia la que sale a la calle cada vez que el poder quiere anular derechos y proteger a los poderosos, y este año más que nunca quedó demostrado que es quien salió a defender la democracia luego del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Ese intento de proscribir nuestro movimiento apuntando con un arma a su máximo liderazgo, provocó la reacción del pueblo que pidió y sigue pidiendo una investigación seria y que la justicia esté al servicio de todos, no de las corporaciones ni del poder.
Las causas armadas, el lawfare y las manifestaciones violentas con horcas y bolsas mortuorias también son un intento de acallar las voces militantes, actúan como acciones ejemplificadoras para todos los que sostenemos una lucha, pero nuestro movimiento tiene banderas a las que vamos a defender siempre y al miedo o la amenaza los transformamos en palabras.
Se intenta instalar el miedo como se instalaron las persecuciones, pero no nos han vencido, y este 17 de noviembre volvemos a usar esas palabras para explicar cuáles son nuestras banderas y qué agenda es la que defendemos. Implica tener el coraje, como tuvieron Néstor y Cristina, de enfrentarse a los sectores del poder económico, mediático y judicial, para defender las causas populares.
Como militante convoco a desplegar el amor frente al odio que quieren instalar, porque la militancia es eso, son miles de personas que caminan, que marchan, que se expresan en defensa de las causas populares, sosteniendo la inclusión, la justicia social y la ampliación de los derechos como único horizonte.
*Teresa García – Presidenta del bloque FdT en el Senado bonaerense
