Para quienes pertenecemos al movimiento peronista, el Día del Militante no es un día cualquiera, es un día cargado de mucha emoción y reflexión. Conmemoramos la vuelta de nuestro conductor Juan Domingo Perón en el año 1972, después de un largo exilio de 18 años. Logro de la campaña del “luche y vuelve” donde el movimiento obrero organizado, la militancia juvenil y la resistencia peronista en nuestro país lograron traer a nuestro líder a la Argentina.
A nuestro movimiento siempre lo pensé como un movimiento construido en un proceso cultural, político y territorial. Después de 49 años del retorno del General, podemos hablar de la historia militante del campo nacional y popular que se fue construyendo a lo largo de nuestros años.
Los cambios de coyuntura, las actualizaciones doctrinarias, las nuevas causas que van apareciendo, las luchas en la calle, la defensa de los ideales y nuestras banderas del justicialismo, y todo lo que nos moviliza a elegir un camino militante, forman parte de la decisión de comprometernos con la historia de nuestro país, desde el lugar que nos toca.
Elegimos a la política como la herramienta principal para transformar la realidad y la militancia como una forma de vida.
Nos toca transitar un camino de mucho esfuerzo, de mucho sacrificio, pero me gusta también pensarlo –y así lo siento- como un camino de felicidad y alegría, donde las cosas se hacen por amor y con personas que se vuelven compañeras y compañeros de lucha que siempre piensan en el otro.
“Militar es trascender”, escuché alguna vez por ahí. Pero también ese trascender es poner la vocación al servicio del pueblo. La frase “la Patria es el otro”, sintetiza la militancia política de nuestro movimiento.
No quiero dejar de agradecer en estas líneas a todos y todas mis compañerxs militantes de años, de lucha y de vocación por transformar la vida de los más humildes.
Hace pocos días pasamos las elecciones generales, donde fue la militancia de cada rincón de la provincia de Buenos Aires la que se puso al hombro el caminar todos los días, repartir cada boleta, fiscalizar y, sobre todo, hablar con todos los vecinos y vecinas para que nos sigan acompañando, desde el lugar que nos toca, para seguir trabajando por nuestra Patria.
El camino no es fácil y lo sabemos. Nos han bombardeado, perseguido, fusilado, proscripto y hasta desaparecido. Pero en nuestra militancia, nos hacemos más fuertes en la adversidad, en las dificultades y complejidades de nuestra realidad.
Tenemos mucho para hacer por delante, no podemos aflojar en nuestro compromiso por una Argentina con justicia social, soberanía política e independencia económica. En este nuevo aniversario del retorno de Perón, reflexionemos sobre nuestro movimiento para que nos inspire e invite a seguir cambiando la historia.
Por Juan Ottavis Arias – Militante de la Jp y del PJ de San Isidro