En virtud de una nueva celebración del Dia Internacional de la Justicia Social, ante todo nos es importante destacar que la fecha tiene su antecedente en el marco de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre justicia social para una globalización equitativa.
Este día, es un uno de los principales desafíos que debe motorizar a las comunidades del mundo y en especial a quienes tenemos responsabilidades políticas en los distintos niveles de gobierno.
La justicia social como bien planteamos con anterioridad representa uno de los principales desafíos, pero debemos asumir que también es una de las principales deudas y basta con mirar las enormes asimetrías que existen en nuestras comunidades. Claramente cuando hablamos de justicia social, estamos hablando de derechos humanos que garantizar, de inclusión y equidad.
En este sentido, es este día una buena oportunidad para convocar a todos los sectores de la sociedad a redoblar los esfuerzos que permitan materializar en la vida cotidiana de cada ciudadano y ciudadana los principios de justicia social, que tanto nos identifican a quienes creemos en el Estado que ampara, que abraza, que cuida, que protege los derechos fundamentales y que por sobre todo pone en valor la vida humana como proyecto de país con fuerte impronta en la diversidad.
Estamos frente a un nuevo siglo, donde la crisis global de la pandemia puso de manifiesto las prioridades que tenemos por delante y el rol de las nuevas tecnologías de la comunicación como uno de los pilares fundamentales para promover el desarrollo equitativo, el federalismo, la integración comunitaria y la ampliación de otros derechos que garanticen el acceso y más aún mejores niveles de calidad de vida. Estamos convencidos que la realidad ha cambiado, y que diseñar proyectos comunitarios y políticas publicas van a requerir de comprender las nuevas demandas sociales.
No cabe duda de que los principios de la doctrina de la justicia social son claros, pero que es necesario que los podamos poner al servicio del contexto actual.
Es casi un imperativo ser creativos frente a una realidad dinámica que no entiende de divisiones, cuando hay que poner todos los esfuerzos, y las sinergias de la articulación público-privada y de las organizaciones de la sociedad civil para potenciar la capacidad de respuesta en los problemas que mas temprano que tarde debemos resolver para que el piso de las generaciones presentes y futuras sea más alto del hoy tenemos.
Para finalizar, la justicia social deberá seguir siendo ese faro de luz que guie nuestra mirada en el presente y en el futuro, siendo un camino de esperanzador para hacer realidad los sueños.
Por Javier Forlenza – Concejal de Tigre AD HONOREM y Director Nacional de Enacom
