Hace tiempo me preguntaba de donde viene mi obsesión por tratar de brindar oportunidades a las personas para que puedan salir adelante, si bien el compromiso social siempre estuvo arraigado en mí, esto que me pasa va mas allá, no es mero asistencialismo, es pensar y repensar como hacer para que los más vulnerables puedan tener un mejor futuro.
Hoy estando en uno de los talleres de oficios encontré la respuesta, yo vengo de una familia humilde, trabajadora, donde tuve la suerte de que nunca faltara un plato de comida pero donde las cosas no sobraban, una familia donde mi abuelo era ejemplo de trabajo y honestidad hasta los huesos, donde el pan casero y el mate cocido compartido entre primos a la tarde era el mejor plan, donde el abuelo Filo disfrutaba todos los domingos de ver almorzar a su familia reunida con un plato de comida rico y caliente producto de su trabajo y esfuerzo. Será seguramente por eso que desde muy muy joven trabajo.
Con 16 años estudiaba y trabajaba para comprar ladrillos y construir mi propia casita, ya a los 17 era madre y sabía lo que era la responsabilidad de poner un plato de comida en la mesa todos los días para mi hijo, pagar impuestos, darle educación, y todo eso con la suerte de contar con mi mamá que era la que cuidaba de él cuando yo salía a trabajar, cosa muy importante y con la que no muchas mujeres cuentan, el con quien dejar a sus hijos para poder trabajar. Muchas veces me ofrecían las “manzaneras” de esa época la “caja de alimentos”, y siempre dije que no, porque soy una convencida de la dignidad que otorga el trabajo y el orgullo que genera comprar lo que nosotros queremos comer y no que otros lo elijan por nosotros.
Y a que voy con esto no?
Yo tuve la suerte que a los 19 años una persona a la que quiero mucho me diera una OPORTUNIDAD, la oportunidad de un buen empleo, para el que tuve que rendir muchos exámenes y pasar muchas pruebas para conseguirlo, pero tuve la oportunidad, y eso cambio mi vida, pase a tener un gran trabajo, con un sueldo digno, obra social para mi hijo, y principalmente a VER UN FUTURO, a ver que cosas buenas podían venir… y vinieron.
Soy una agradecida porque en mi camino siempre se cruzaron personas que me abrieron puertas y me dieron oportunidades, y sigue pasando… Claro que uno a esas oportunidades debe responder con trabajo y compromiso, como lo hacía mi abuelo.
De eso se trata este trabajo mío de cada día, que más que un trabajo es una bandera que alzo y llevo con total convicción, hay que dar OPORTUNIDADES, tenemos mucha gente con necesidades, madres con hijos en situaciones muy difíciles a las que no le ven salida. Con los talleres de oficios creamos oportunidades, brindando herramientas para que puedan trabajar, y con ello puedan crear un nuevo rumbo en sus vidas. Vemos esa luz de esperanza que se comienza a encender en sus ojos, en sus sonrisas y en el compromiso y atención que le ponen a cada clase.
Capaz mi manera de agradecer a la vida por toda las buenas personas que puso en mi camino y me abrieron puertas sea esta, abriéndole puertas a otros…
Los puntos de partida no son iguales para todos, pero si trabajamos en ser equitativos podemos hacer que la desigualdad sea menor, principalmente pensando que toda la gente tiene como derecho tener un trabajo digno con el que pueda mantener a su familia y proyectar un futuro mejor.
Por Vanina Pignata – candidata a concejal Juntos Tigre – Presidenta Ayudarnos Asociación civil