La cuota es de los pibes. Pero la que no se paga es de las madres

Hoy celebramos el día de la madre en Argentina. Repasemos un poco de números y de historias

En nuestro país hay 1.700.000 niños, niñas y adolescentes que viven en hogares monomarentales, hogares donde la mamá se hace cargo de absolutamente todo, en tiempo y en dinero. En esos hogares donde el padre no cumple con su responsabilidad hay una madre que debe cumplir con todo para que a esos niños y niñas no les falte nada.

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Esa mamá tiene que trabajar el doble para cubrir todos los frentes, dentro y fuera de la casa. Posiblemente tenga dos o más trabajos, acepte malas condiciones laborales con tal de juntar el mango o haga horas extras en su escaso tiempo libre. Esa mamá cuida, cría, juega, alimenta, abriga, enseña.

¿Cuándo nos metieron en la cabeza que ser buena madre es poder con todo solas? No, ser buenas madres es criar con amor y respeto. Todo lo demás es un extra que el patriarcado nos puso en la espalda y nos dijo que es buena “la que puede con todo, aún cuando no puede más, cuando no es feliz, cuando tienen que postergar su vida”.

Volvamos. Solo 1 de cada 4 mujeres separadas recibe la cuota alimentaria para sus hijos. Ahora, leamos el dato desde sus derechos: de cada 4 niños o niñas (si fuera solo 1) 3 no tiene cubierto por parte del padre su derecho elemental a comer, educarse, vestirse, divertirse. Y ahí está la madre para que ese vacío no se note, no duela, no deje marcas. Esa cuota que no dan, la llenamos nosotras, poniéndole el cuerpo y el corazón. Esa cuota que falta es de ellos, pero la pagamos nosotras. Y cómo ya lo sabemos: eso que llaman amor, es trabajo no pago.

Dicen que “madre hay una sola” y es verdad. La misma que trabaja es la que lava los platos y hace los deberes. Pero también es la misma que tiene derecho a estudiar, progresar en su trabajo, tomar mate con amigas o volverse a enamorar.

Por Micaela Ferraro – Subsecretaria de inclusión e integración Social de la Nación – Concejala ad Honorem FR Todos Tigre