La Cultura del trabajo y del esfuerzo

Cuando pienso, en cómo homenajear a los trabajadores en su día, inmediatamente veo el reflejo, de aquellos que hicieron grande nuestro país con su tesón y sus propias manos, esos que nos dejaron la cultura del trabajo y del esfuerzo, como un legado que perdura y te marca.

En un día, en el que los valores son protagonistas, miro a mi alrededor y hay datos que parecen incomodar, a todo aquello que hoy queremos remarcar, es decir, aquel laburante que sale todos los días a ganarse el mango, el que es empleado, dueño, emprendedor, el que trabaja desde casa, todos y todas las que a diario salimos a ganarnos la vida, de repente se me entrecruzan, nada más ni nada menos que con la realidad que hoy nos toca, con los 10 millones de desocupados, con los que perdieron su negocio, con los 17 millones de pobres y con los casi 4 millones de argentinos que hoy están bajo la línea de pobreza.

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Como no sentir este dolor propio. Como no querer gritar para despertar un gobierno inactivo, carente de acciones concretas, para hacer que esto cambie. Como construir, cuando desde las bases, vemos nuestros derechos vulnerados, atropellados y hasta nos quieren hacer creer, que el trabajo no es un derecho, no es valerse, no es dignidad y que por el contrario, es tan solo el privilegio de unos pocos.

Por eso, en este día especial, vuelvo a la frase, con la que empezaba este relato: La Cultura del trabajo y del esfuerzo. Y es ahí, donde el corazón se me llena de orgullo, al pensar en mis viejos.

Mi papá, chófer de colectivos. Su vida dedicada a eso y ahora que está a punto de jubilarse, planifica su futuro con nostalgia, por esas rutas que lo alejaban a veces, por días de nosotros, pero que le permitieron siempre, darnos lo mejor.

Mi mamá, ama de  casa y madre de 3 hijos, y entre nosotros, la mejor de todas. Pero además, una empleada doméstica intachable, un trabajo que hizo y hace con un respeto admirable, y que también hoy le pasa algunas facturas en sus manos y sus piernas.

Ellos son mi orgullo, mi ejemplo a seguir.

Y en ellos hago extensivo mi saludo, mi respeto, mi admiración a cada laburante, que todos los días la sale a pelear, al que sortea el obstáculo que sea, al que va con la frente en alto, al que la luchó y la sigue luchando, al cumplidor, al que llora a veces en silencio porque la plata no alcanza, al que duerme mientras viaja en el transporte público, al que no ve la hora de llegar a casa, al que esconde dolores, al que se queja, al que sueña con algo mejor, al que ama lo que hace, al que ayuda a otros, al que se capacita, al que predica con el ejemplo, al que está en una búsqueda constante, a todos los trabajadores de mi querido país, les deseo un muy feliz día y no dejemos nunca de sentir que el trabajo nos dignifica y nos identifica con lo que somos, lo que queremos llegar a ser y hasta donde queremos llegar.

Por Yesica Avejera – Concejal Escobar Juntos