La bandera del alma

Vivimos un presente, lleno de incertidumbre, donde sentirnos representados o reconocernos en el otro, lamentablemente nos cuesta.

En este punto es donde buscamos aquellas cosas o aquellos sentimientos, que nos identifiquen sin distinciones, donde no haya lugar a la pelea, donde no existan las diferencias irreconciliables, un símbolo tan noble como inmenso, que tiene la enorme responsabilidad de abrazarnos a todos: NUESTRA BANDERA ARGENTINA. 

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Y en ese camino, de aferrarnos a algo que nos alegre, que nos llene de esperanzas y de ganas de seguir apostando por un futuro, que soñamos sea mejor, es donde nuestros símbolos patrios, nuestros colores celeste y blanco, parecen no tener grieta alguna, y la verdad, es que no la tienen, por el contrario, nos unen, nos representan, nos emocionan y nos dan la ilusión que de a ratos creemos perdida.

Siempre escucharemos, que nuestra bandera es la más linda de todas, que llevarla a lo más alto, nos llena de orgullo y que nos sigue emocionando verla flamear mientras suena el Himno Nacional o cuando la vemos repetidamente vestir las casas, los balcones, las ventanas, nuestro pecho y la ciudad…..

Hoy en su día, quiero homenajearla, quiero que nuestra bandera brille, que sepa cuánto significa para nosotros los argentinos, cuánto se nos sigue hinchando el alma por verla fuerte ante el mundo entero, a pesar de ser un pueblo que hoy sufre, pero que lucha para encontrar una salida a este presente, un pueblo que se hace escuchar, que llora, que se fortalece, que no afloja y que se agita porque jamás se dará por vencido.

Eso nos define, eso siempre nos debe diferenciar, nuestro amor y respeto por ella, el grito unísono de tantos argentinos, que se reconstruyen, que levantan las banderas de la libertad, de la educación pública y de calidad, de la protección del medio ambiente, la bandera que defiende nuestros derechos a vivir seguros, a trabajar, a crecer, a la igualdad de oportunidades, a tener un Estado presente y eficiente y no ausente y deficitario como ahora.

Gracias BANDERA ARGENTINA, por hacer que el amor a tu emblema nos una sin distinciones.

Levantemos más que nunca la bandera de perseguir y luchar juntos, para dejarle a nuestros hijos y a las generaciones venideras un lugar digno y próspero, un lugar donde no tengan que pensar nunca más, que la mejor opción es irse del país, que sientan y, sobre todo, puedan escribir su historia acá, en nuestro suelo argentino, que abran las manos para proyectar sus sueños y las posibilidades que encuentren sean muchas y no nulas, que planifiquen y miren a su alrededor vislumbrando un camino largo y fructífero, no fácil, pero si venturoso y de bases sólidas, para siempre.

Por Yesica Avejera – Concejala Escobar Juntos por el Cambio