La Argentina necesita un nuevo proyecto nacional

Al llegar Alberto Fernández al gobierno, luego del agotamiento del proyecto kirchnerista, de 8 años de estancamiento económico y del desastre que dejó Macri, nuestro país necesitaba a ojos vista de un nuevo proyecto nacional que lo sacara del pozo. Ahora, luego de la pandemia del coronavirus, ese requerimiento es mas imperioso aún.

Con una economía cuyo PBI en los últimos dos años y medio -desde abril del 2018 a fines del 2020- se va a encoger al menos el 20%, se abrirá un gran debate, seguido de una dura puja seguramente, respecto de cómo se sale de semejante situación.

brickel

Los sectores económicos mas poderosos y su representación política, la derecha, van a sostener una vez mas que en tiempos como estos no hay lugar para “populismos” redistributivos; como tampoco para “nacionalismos” que nos pongan “fuera del mundo”. Lo que en buen romance significa, que plantearán que se deben concentrar los ingresos en las grandes empresas y bancos -nacionales e internacionales-; que serán ellos, supuestamente, los encargados de sacar el país adelante. Sobre el sudor y las lágrimas de las mayorías claro está.

Eso hicieron en la crisis de 1890, cuando Pellegrini dijo que pagaría la deuda que había dejado Juárez Célman, entre otros con la banca Baring Brothers, rematando de ser necesario la propia casa de gobierno. En la debacle de 1930 igual, le dieron un golpe de Estado a Yrigoyen, hicieron el tratado Roca-Runciman con los ingleses y empezó la infame década del fraude patriótico. Por último, luego de la depresión de 1975 y el Rodrigazo, los mismos de siempre, instalaron la dictadura militar y al representante de la rancia oligarquía, José Alfredo Martínez de Hoz, para que maneje los hilos de la economía.

No hay que permitir que se repita otra vez esa historia, donde los ricos y sus socios extranjeros hacen recaer sobre las espaldas populares todo el peso de la crisis. A los garrotazos y algo mas si lo necesitan.

Pero para ello debemos tener un nuevo proyecto nacional que le dé salida real a la situación que va a dejar la pandemia, desde los intereses del país y las mayorías. Proyecto político, económico y social, que se rodee de amplio consenso y de un gran abanico de sectores que lo apuntale.

Debemos aprovechar las circunstancias, como hizo el General Perón a mediados de los años ’40, para construir un país mucho mejor que este desastre que hoy tenemos, no solo producto de la pandemia. Viene de mal en peor de hace mucho tiempo atrás.

¿Qué significa un nuevo proyecto nacional? En un contexto mundial de claro debilitamiento productivo y comercial, que seguramente se extenderá por varios años, debemos nosotros encontrar un camino propio de desarrollo sustentable aprovechando nuestras potencialidades para ello.

Tenemos recursos naturales: campo, petróleo, gas, pesca, minería. Una industria en condiciones de ser recuperada y otra como la del conocimiento en pleno desarrollo. También una naturaleza privilegiada para expandir el turismo. Profesionales y científicos en diversas áreas bien formados, una mano de obra extendida y aceptablemente capacitada. Innumerables pymes, cooperativas y emprendimientos de la economía popular, entre otras cosas.

Con todo ello, que no es poco, tenemos que ser capaces de emprender el camino de construir un país mejor. Economía en desarrollo y sustentable, reindustrialización, mas ciencia, investigación y técnica aplicada, creación de empleo, recuperación de ingresos de las familias, igualdad de oportunidades, equidad distributiva, justicia social, fortalecimiento productivo del interior que apuntale el federalismo. Nación soberana en sus decisiones, con mas y mejor democracia, y ampliación de derechos para todes.

Dicho proyecto nacional va a encontrar un marco económico social muy difícil para desplegarse. En primer lugar, por el estado en que va a quedar la economía luego de la cuarentena. En segundo término, por el contexto internacional que dejará la pandemia. Pero, además, a todo ello cabe agregarle la cerril oposición que vamos a encontrar para llevarlo adelante de parte de los principales sectores de poder, vernáculos y extranjeros, al ver afectados sus intereses.

De allí que, inteligentemente, sin sectarismos ni miras cortas, hay que unir con gran amplitud las fuerzas de muchos sectores políticos y sociales en su apoyo. El corazón de las cuales deben ser aquellos que estén dispuestos a sostener con mayor decisión y firmeza las dificultades que se van a presentar. Como también los obstáculos que van a poner los representantes de las minorías; siempre lo han hecho, también ahora, qué duda cabe.

Por Humberto Tumini – Presidente de Libres del Sur y Óscar Hurtado – Responsable Libres del Sur Tigre.