El 20 de febrero las Naciones Unidas conmemoran el día de la Justicia Social.
Que lejos quedamos de la movilidad social ascendente y soñar con nuestra pareja en formar una familia para empujar juntos.
Mezcla de la revolución digital, con dirigentes anclados en lógicas setentistas.
Pagamos un alto precio por nuestra dificultad para comprender que la resolución de la pobreza no es un tema de sensibilidad, sino que está relacionado con la ampliación de capacidades sociales y competencias personales, en un contexto institucional previsible y calificado.
La educación tiene en este sentido adquiere una relevancia central.
En esta crisis social, sanitaria y económica, de las pocas cosas que se sostienen en el aspiracional colectivo y personal, es el Escudo de la Escuela. Porque este es el que guía a nuestros niños y jóvenes en el saber y es en definitiva aquello que permite salir de la pobreza y conseguir un trabajo.
A más calificación, mejor empleo.
Esta es la “ley de gravedad” que impera en los países a los que les va bien.
Acá, hay dirigentes obstinados en no aplicarla.
El desafío es mayúsculo, pero ahí estaremos para construir una sociedad con mayor y mejor empleo. Así se construye la Justicia Social.
Por Diego Castagnaro – Concejal – Radicales en Cambiemos
