Un suceso sin precedentes que conforma nuestra identidad como nación y marca constantemente la agenda de la política nacional.
En nuestro país, en el marco de una dictadura militar, soldados con apenas 18 y 19 años de edad fueron los encargados de defender a la patria con valentía; y actualmente, se los conmemora con honor y orgullo. Sus testimonios están cargados con la emocionalidad que conlleva una experiencia de estas magnitudes y sus relatos debe ser inmortalizado en la memoria argentina. Contamos, todavía, con narradores en primera persona y su sabiduría es esencial en nuestra construcción ciudadana.
Ahora bien, ¿Cuál es la relación de estos soldados con los jóvenes que hoy en día tienen 18 y 19 años de edad?, ¿Existe interés genuino de parte de la juventud por conocer a los protagonistas de la guerra? Que no les quepa ni la menor duda.
En un contexto de democratización de los diferentes ámbitos de nuestras vidas, la educación no es una excepción. La juventud es portadora de poderosas herramientas tecnológicas que son una llave a universos de información que protegen nuestro futuro. La infinidad de contenidos empodera a los/as estudiantes a emprender travesías sobre los temas que despiertan pasión en sus mentes.
Atados a un sistema educativo que parece que no avanza con el tiempo, el alumnado necesita ser interpelado e interactuar con diferentes recursos, entre ellos, los testimonios en primera persona. Es indispensable que la juventud tenga, mientras pueda, contacto con quienes son protagonistas de nuestra historia.
El despertar cívico por parte de la juventud es nuestra garantía para evitar la repetición de eventos trágicos como este. Invertir en una educación interactiva y motivadora permite incluir a los/as estudiantes en la conformación de una sociedad dispuesta a compartir valores y prioridades. Los/as jóvenes tenemos la responsabilidad de escuchar para luego transmitir y no olvidar jamas.
Sebastian Rovira y Felipe Baldonado – Referentes de la Juventud del Frente Renovador
