Por Vanina Pignata*
En los últimos años, la palabra “inclusión” ha ganado un espacio prominente en las discusiones políticas y sociales. Sin embargo, a menudo este término se queda atrapado en el terreno de la normativa y el cumplimiento legal, sin llegar al corazón de lo que realmente significa. “Humanizando la inclusión” propone una visión que va más allá de lo técnico y lo reglamentario, centrándose en las personas, en sus experiencias individuales y en sus necesidades reales. Este enfoque subraya que la verdadera inclusión no puede limitarse a políticas y normas, sino que debe estar impregnada de empatía, respeto y dignidad.
Cuando hablamos de inclusión en el contexto de la discapacidad, a menudo nos enfocamos en las barreras físicas o en la accesibilidad de los espacios públicos. Sin embargo, la inclusión es mucho más que rampas y ascensores. Es una actitud, una forma de interactuar y de concebir a cada individuo como un ser pleno, con derechos y capacidades que deben ser reconocidos y promovidos.
En este sentido, es esencial que las políticas públicas no solo busquen cumplir con los estándares mínimos de accesibilidad, sino que apunten a crear una ciudad verdaderamente inclusiva. Esto implica diseñar espacios que no solo sean accesibles, sino también acogedores y funcionales para todos. Implica, además, educar a la población para que entienda la diversidad como una riqueza y no como una dificultad.
Para humanizar la inclusión, debemos abordar la discapacidad desde múltiples ángulos. Esto significa implementar políticas concretas que promuevan la inclusión en todos los ámbitos de la vida urbana: educación, transporte, empleo, recreación y participación cívica, entre otros. Pero, sobre todo, significa escuchar a las personas con discapacidad, reconocer su autonomía y hacer que sus voces sean fundamentales en la construcción de las soluciones que afectan directamente sus vidas.
En este sentido presentamos un paquete de proyectos en el Honorable Concejo Deliberante de Tigre para comenzar a abordar esta temática de manera integral:
- La obligatoriedad de que toda institución intermedia privada (clubes, centros culturales etc.) que reciban algún tipo de subsidio del estado municipal deban incorporar en su oferta actividades inclusivas
- Que toda institución municipal que brinde servicios de deporte y recreación tenga ofertas inclusivas
- La implementación de mapas hápticos en todos los edificios públicos del municipio
- Formación y capacitación obligatoria, continua, permanente y actualizada orientada a TRATO ADECUADO de las personas con discapacidad
- La creación de una página web con un mapa inclusivo de Tigre que deberá incluir a todas las entidades públicas, privadas u ONG que velan por los derechos y brindan servicios a personas con discapacidad, tanto en salud, educación, recreación y otras
Al final del día, humanizar la inclusión es una invitación a repensar nuestras ciudades y nuestras actitudes. Es recordar que una ciudad inclusiva no es solo aquella que elimina barreras, sino aquella que abraza la diversidad y la convierte en su mayor fortaleza. Una ciudad para todos, en la que cada persona, independientemente de sus capacidades, puede vivir con dignidad, respeto y plena participación.
Vanina Piganata – Concejal Tigre
