Por Nicolás Kreplak
Hay que hablar de salud mental. No hay que esconderla ni dejarla relegada en un rincón incómodo de la política sanitaria, porque ahí solo se la estigmatiza y se la opina sin involucrarse en el tema. Sus soluciones no son ni cambiar la normativa, ni objetar la actualidad. Tenemos que adaptarnos al contexto y poder actuar en consecuencia. Hay más demanda, en todo nivel y en todas las aristas que constituyen la prevención, atención y cuidado de la salud mental y los consumos problemáticos.
Cuando la sociedad silencia o posterga los temas, lo que se reproduce es la lógica del abandono y del encierro, la misma que durante siglos sostuvo el modelo manicomial. Hablar de salud mental significa asumir que es parte esencial de la salud integral de nuestro pueblo y que, para transformarla, necesitamos diagnosticar, planificar, invertir y trabajar con la responsabilidad de un Estado presente.
El marco normativo está claro: la Ley de Salud Mental fija el rumbo hacia un sistema basado en derechos, con dispositivos comunitarios, hogares asistidos, equipos interdisciplinarios y una red territorial que acompañe a cada persona en su contexto de vida. Por eso es fundamental recordar que los problemas de gestión no son problemas de la Ley. Son, en todo caso, el resultado de no haber planificado ni invertido lo suficiente en décadas pasadas para hacerla realidad. En la Provincia de Buenos Aires estamos demostrando que sí se puede avanzar en la implementación efectiva: no retrocediendo a la lógica de los muros, sino construyendo comunidad.
En estos años pusimos en marcha una transformación histórica. Ya son casi 200 dispositivos comunitarios de salud mental, con 22 nuevos Centros Comunitarios de Salud Mental, a los que le estamos sumando 14 más (5 de ellos ya inaugurados y en funcionamiento), y se consolidaron 187 viviendas con apoyos donde viven más de 500 personas que estaban olvidadas y abandonadas en los neuropsiquiátricos. Incorporamos 2.600 nuevos trabajadores y trabajadoras al sistema, y logramos que todos los hospitales provinciales tengan atención en salud mental: hoy el 80% de las internaciones se hacen en hospitales generales, frente al 20% que había en 2019. También multiplicamos las prestaciones comunitarias y escolares: más de 281 mil estudiantes secundarios participaron de programas de promoción, y los dispositivos de base comunitaria realizaron más de 615 mil prestaciones en cinco años.
Hoy, cuando algunos sectores plantean falsas dicotomías entre prioridades sanitarias, hay que decirlo con claridad: no se puede hablar de una reforma integral del sistema de salud sin incluir a la salud mental. Es imposible pensar un sistema más justo, humano y eficiente si no terminamos de incluir y construir la red comunitaria sólida, cercana y digna que necesita nuestro pueblo y especialmente las y los usuarios del sistema de salud mental.
La Provincia de Buenos Aires avanza en ese camino con hechos y con inversión. Hablar de salud mental no es un slogan: es reconocer que ahí también se juega la posibilidad de un futuro más justo para nuestro pueblo.
* Nicolás Kreplak – Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires