Por Aldana Aguirre *
Este martes, cuando se confirmó la condena de 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos a Cristina Fernández de Kirchner, miles nos agolpamos en la puerta de la sede del PJ nacional a escucharla y luego escoltarla hasta su casa.
El sistema de dominación global, representado hoy en argentina por el partido judicial, los medios de comunicación y el establishment político, se jugó su carta más fuerte al condenar a la figura política más influyente de los últimos 25 años
La condena a CFK representa para el poder real una revancha histórica: están castigando a un gobierno democrático que se animó a hablar y condenar a quienes, en pos de implantar un sistema neoliberal, disciplinaron a nuestro pueblo a sangre y fuego.
La condena no solo es por los 12 años de primavera Kirchnerista, esta condena es la revancha de los Videla y de los Martínez de Hoz que, 40 años después, aún operan desde las sombras con títeres como el presidente, que cada día es un poco más fascista en sus dichos y en sus hechos.
¿Por qué la derecha decide jugarse la carta de la proscripción en este momento?
Si tenemos en cuenta que recientemente se inauguró un nuevo ciclo de endeudamiento sin precedentes en la historia argentina, podemos establecer una conexión lineal: mantener planchado el dólar conlleva un esfuerzo monetario que estamos pagando día a día.
Lo pagan los jubilados, los residentes del Garrahan, los pacientes del Bonaparte, las universidades públicas… pero por sobre todo los excluidos del sistema, aquellos a los que este gobierno privó del monotributo social o de obras claves para la subsistencia en barrios populares.
Si se jugaron la carta más importante que tenían, fue para desviar la mirada y poder sostener la timba financiera y la entrega de nuestros recursos, como lo intentaron con la modificación de la ley de glaciares hace apenas unos días.
¿Qué podemos hacer los militantes del campo popular ahora?
Dice un gran poeta contemporáneo que “en la resistencia está todo el hidalgo valor de la vida”.
Con este fallo, podríamos decir que se inaugura un nuevo periodo de resistencia, y preciso hacer aquí un humilde aporte para los tiempos que se vienen.
Parte de esta resistencia comienza en denunciar todos y cada uno de los hechos aberrantes que se cometen en contra de la democracia. Como decía Rodolfo Walsh, el terror se basa en la incomunicación.
Es nuestro deber también pasar a la acción inmediata cuando nuestros derechos se ven vulnerados. Todos los miércoles nuestros abuelos nos enseñan que la calle debe ser uno de los primeros escenarios de disputa.
Debemos tener en claro que la unidad en acción deberá ser la premisa de esta etapa y a la vez, no confundir unidad con amontonamiento. Esta vez, construir con bosta y con cemento no será lo que de más resultado.
Plantear discusiones incómodas hacia adentro del campo popular, tales como el reconocimiento de la economía popular y la falta de derechos de estos trabajadores, es una tarea que debemos darnos si queremos hablarle al verdadero subsuelo de la patria, los descamisados del siglo XXI.
Queda un largo camino por recorrer mientras la mayor líder del peronismo se encuentra proscripta, pero como dicen Juan Grabois, con la Constitución en la mano, vamos a correr del medio a aquellos que quieren arrebatarnos la democracia que tantas vidas nos costó.
*Aldana Aguirre militante de Argentina Humana – Patria Grande