A medida que en la nación aumentan los contagios y los fallecimientos en la profundidad de esta brutal pandemia, algunos ciudadanos, se preocupan en hacer una marcha en contra del tratamiento legislativo de la reforma Judicial. En plena epidemia, imponen un escenario dramático a una cuestión política: ¿Por qué, teniendo medios de comunicación y los tres poderes funcionando, convocar a una manifestación multitudinaria en la calle? ¿Piensan, sinceramente, que es el mejor camino para la recuperación de la Justicia o la economía en esta situación?. Los argumentos que dan parecieran despreciar la inteligencia ciudadana. Es una manera extraña de quejarse en personas que dicen guiarse por los hechos, la ciencia y la razón. Pareciera que no es solo cuestión de posicionarse frente a la reforma Judicial: Niegan el lavarse las manos con jabón, practicar distanciamiento social y usar mascara que podrían reducir los contagios.
Mientras, hoy, en el mundo se trata de salvar vidas y protegerse mutuamente. Es un elemento básico en cualquier democracia. Un niño puede gritar “quiero hacer lo que quiero” pero no si lo profiere un adulto, el cual si se contagia requerirá de los servicios de salud pública para su atención. Una extraña actitud de quienes exponen a otras personas a contagiarse y a distraer los escasos recursos técnicos y humanos sanitarios.
Las propuestas políticas, habiendo representación parlamentaria y libertad de prensa pueden tramarse en los ámbitos pertinentes. Y luego en las urnas. Salvo que se intente destruir intencionalmente la política sanitaria. ¿Se trata de un simple acto político o afirmar alguna superioridad, poniendo en riesgo otras vidas? Es un tipo extraño eso de salir a afirmar una libertad que expone a otras a la muerte
Cuidarse mutuamente, sería un gesto de patriotismo en el 140 aniversario del fallecimiento del General San Martin.
Ayer, 16 de agosto falleció Mónica Albornoz, enfermera de cuidados en el Hospital Magdalena de Pacheco- Tigre, por Covid19. Rodeada del afecto de sus colegas murió luchando por lo que debería ser un elemento básico de la ciudadanía en nuestra democracia, el respeto por el Otro.
Por Ricardo Arias
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