Feliz Año Nuevo

Nuestra Patria Peronista, con gobierno Peronista y Estado presente logró el objetivo mayor: el sistema de salud, abandonado durante cuatro años de gobierno de derecha, no colapsó y no hubo un solo Argentino que no accediera a los cuidados necesarios. Eso es Peronismo.

Cerramos el año con la aprobación del aborto legal, seguro y gratuito y eso también es Peronismo, porque el Peronismo siempre conquistó derechos para las mayorías y hoy, como tantos países del “primer mundo” que algunos tanto adulan, avanzamos hacia una sociedad mas justa.

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En un mundo donde los EE.UU. en tan solo dos meses registró 40 millones de desempleados en la Argentina con el IFE y el ATP cuidamos el sistema productivo, a los trabajadores y los que están sin trabajo. Esto en los países donde prima el neoliberalismo no se consigue. El aporte extraordinario a las grandes fortunas, resistido con un egoísmo que muestra la antinación de nuestras elites, se logró aprobar mostrando un camino que será inevitable: enfrentar a las 1000 familias con la constitución y la bandera del Pueblo en la mano para poner la economía al servicio de la Nación toda.

Y también cerramos el año siendo uno de los diez países en el mundo que comenzaron la vacunación en lo que promete ser el operativo de vacunación mas grande de nuestra historia. Sin embargo los agoreros de las derrotas argentinas no cejaron en su desmoralización constante. La ideologización voraz de la vacuna Rusa, con tintes de terror comunista, no solo es cómico, sino, la muestra palpable de la sumisión al imperio Yankee de nuestra oligarquía, de los políticos de la derecha y de un amplísimo espectro de “periodistas” y comunicadores que atacan y critican porque están a sueldo o simplemente colonizados “ad honorem” por los EE.UU.

EL DESAFIO ES VOLVER A LA REVOLUCIÓN PERONISTA

El 2021 nos espera listo para avanzar en la profundización, los grupos económicos, las cerealeras y los grandes consorcios de exportación están expectantes y al ataque sabedores de sus ilegalidades en la facturación y especulación constante; recuperar resortes económicos como la hidrovía del Paraná, los puertos y el comercio exterior se tornan imprescindibles para encarar un proceso de independencia económica fundamental para consolidar la liberación nacional. La Constitución del 49, con sus artículos 38, 39, 40 son faros de soberanía intrínsecos en nuestra memoria colectiva y demostración palpable del rumbo soberano a seguir. Ejercer nuestra soberanía sobre los recursos naturales de nuestra tierra y sobre los servicios públicos es el camino hacia una economía social en pos de las mayorías y no de las elites privilegiadas de los grandes grupos económicos.

Hagamos una nueva revolución nacional, terminemos con ese miedo instalado después de la dictadura asesina que asocia a la Revolución con el caos. Revolución es enfrentarse al status quo mundial impuesto por los EE.UU. y el sistema financiero. Revolución es crear trabajo y producción, Revolución es industria nacional y pleno empleo porque como decía el Gral. “como puede ser que haya desocupados en un país donde está todo por hacerse”. Seamos revolucionarios y revolucionarias como lo fueron nuestros patriotas fundadores, creamos en nosotros mismos como Pueblo y como Nación henchidos los pechos ante esta tierra pródiga y vasta que debemos aprovechar en pos de los y las argentinas y no dejarla librada a la voracidad internacional que se lleva nuestros recursos y de nuestra oligarquía, siempre apátrida, que los rifa por monedas.

Los grupos económicos tienen su juego propio, operan a la política tras las sombras, enfrentómoslos bajo el sol, seamos claros y pongamos las pautas necesarias para el desarrollo de lo privado y lo estatal, pero sin desmedro del estado que somos todos.

Cuestionemos los poderes fácticos. Reivindiquemos la política ya que somos los políticos quienes disputamos contra tantas estructuras, tanto estatales como privadas, que no participan en elección alguna y conservan su poder durante décadas, los jueces que deciden sobre nuestras vidas no son electos, los Ceos de las grande empresas, las mismas que muchas veces tienen mas poder que los estados tampoco son electos, es mas, las estructuras de las empresas son totalmente fascistas como nos marca muy claramente Chomsky y es algo que nos pasa por alto hasta ahondar en el tema: “las grandes empresas y los negocios tienen una estructura interna fascista. Arriba de todo está el poder. Las órdenes bajan desde arriba. Y si uno no las cumple, se tiene que ir”. Son temas para discutir que no quieren que toquemos. No se trata de ir contra los privados, se trata de analizar, discernir y no dejarnos tomar por tontos. –como el caso de “Pfizer” que a cambio de la vacuna nos proponen un convenio que compromete la soberanía- Se trata de que “lo privado” no desfalque al Estado, se trata de no dejarnos robar como Pueblo, entender que el enemigo del Pueblo no son ni los pobres, ni los vagos, ni el Estado mismo. El enemigo del progreso argentino son los privilegiados, las elites al servicio de los países poderosos, comprender es aceptar, y lo que debemos aceptar es que enfrentándonos con dignidad y soberanía a los países que quieren manejar nuestros recursos es como seremos verdaderamente libres.

Por Javier Parbst – Concejal Frente de Todos Tigre.