Este 8 de Marzo salimos a las calles más fuertes que nunca. Después de dos años de pandemia, de cuestionarnos, de repensarnos, hoy volvemos a poner en jaque a todos los pensamientos impuestos por esta sociedad patriarcal.
En estos dos últimos años se hizo historia en nuestro país. Logramos la sanción de la “Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo” luego de 30 años de lucha. Con dicho suceso, comenzamos a construir, impulsar y luchar por una agenda de reivindicaciones feministas.
Este año ponemos un nuevo tema sobre la mesa, alzamos otra bandera, que es la reforma judicial feminista, transfeminista y con perspectiva de género. Esta reforma nos parece de vital importancia para tener un punto de vista inclusivo, interseccional y transversal dentro del poder judicial. Necesitamos que la justicia proteja a las víctimas y no a los victimarios como lo vienen haciendo históricamente. Necesitamos que las personas que integran ese poder no estén cegadas por sus privilegios. Necesitamos una justicia que haga justicia, que sea democrática y no discrimine. Debemos cuestionar el funcionamiento, conformación e integración del Poder Judicial.
El pasado 28 de febrero, una chica del partido Tigre fue abusada sexualmente en Palermo por 6 varones en plena luz del día. Repudiamos lo que pasó y vamos a exigir justicia por ella y por todas. En nuestro país y en el mundo esto pasa todos los días. Es transversal a todas las clases sociales, los niveles educativos, las etnias, vestimentas y edades.
En lo que va del año se registró un femicidio cada 26 horas y la gran mayoría quedan impunes. Durante enero y febrero hubo 54 femicidios, entre ellos 2 trans-travesticidios. Los distritos con mayor índice de hechos fueron la provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. A raíz de los asesinatos, 64 hijas/os se quedaron sin madre. Sin embargo, a la justicia parece no importarle la gravedad de la situación, ya que se esfuerza día a día en justificar y proteger las violencias machistas, y no paran a la hora de culpar a la víctima, culpar a las mujeres y al movimiento.
Si bien sabemos que necesitamos un cambio social, judicial y legislativo. También debemos deconstruirnos interna como externamente, repensar las cosas que hacemos y decimos, su trasfondo y normalización. Por eso es importante que el movimiento llegue a cada una de las personas, para generar un cambio real. Nunca dejemos de cuestionar lo impuesto.
Nos vemos en las calles.
Por Mujeres Jovenes Fr Tigre