En abril pasado los diputados del Frente de Todos, Calor Heller y Máximo Kirchner, anunciaron que habían elaborado un impuesto para que, en medio de la pandemia, las 12.000 personas mas ricas de la Argentina hicieran una colaboración. A los efectos de afrontar la crisis económica y social que, inevitablemente, se abatiría sobre el país; afectando por sobre todo a los menos pudientes.
Han pasado ya cuatro meses de ese anuncio y la crisis se extendió por el territorio nacional. Crecieron fuerte, sobre guarismos ya elevados, la pobreza y la desocupación. También el cierre de empresas, sobre todo de medianas y pequeñas, por el derrumbe del consumo. El Estado nacional y, en menor medida, los provinciales y municipales, vienen tratando de apuntalar la economía en medio de severas restricciones presupuestarias; generadas por mayores gastos y menores ingresos.
Sin embargo, aquel impuesto, que sumaría 3.000 millones de dólares al fisco, no ha sido tratado en el Congreso nacional aun.
Grave error, son recursos indispensables para las arcas del gobierno nacional y, particularmente, de los provinciales y municipales, seriamente afectadas en la actualidad.
También recursos genuinos para ayudar a la pequeñas y medianas empresas, que son el entramado productivo que genera empleo por excelencia. Por último y no menos importante, para sostener mejor el consumo de millones de argentinos y argentinas que han visto bajar abruptamente sus ingresos por múltiples razones.
No debe el Presidente dejarse presionar por los ricos y sus lenguaraces. Como bien ha dicho en su momento “la salida es entre todos”. Eso significa solidaridad social entre compatriotas, donde los muy pudientes tienen la ineludible obligación de ayudar a los mas necesitados. Que en nuestro país son, además, amplísima mayoría.
Por Oscar Hurtado – Libres del Sur Tigre