Erizos peronistas!!!!

“El síntoma instituye el orden del que resulta nuestra política”

Jaques Marie Emile Lacan. 1975

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En un día muy frío, un grupo de erizos que se encuentran cerca sienten simultáneamente una gran necesidad de calor. Para satisfacer su necesidad, buscan la proximidad corporal de los otros, pero cuanto más se acercan, más dolor causan las púas del cuerpo del erizo vecino. Sin embargo, debido a que el alejarse va acompañado de la sensación de frío, se ven obligados a ir cambiando la distancia hasta que encuentran la separación óptima (la más soportable).

La parábola transmite que cuanto más cercana sea la relación entre dos seres, más probable será que se puedan hacer daño el uno al otro, al tiempo que, cuanto más lejana sea su relación, tanto más probable es que sientan la angustia y el dolor de la soledad. Arthur Schopenhauer 1851

Según el famoso símil sobre los puercoespines que se congelaban, ninguno soporta una aproximación demasiado íntima de los otros. Sigmund Freud. 1921

Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos. Luis Cernuda 1942

Para Cernuda esa necesidad de calor es necesidad de compartir el frío entre varias personas, es decir, el amor.

Ya para Aristóteles, 350 a.c. -el zoon politikón- los seres humanos que hablan son, pues, un erizo para sí mismo, no sólo para los demás. Y este rasgo hace más paradójicas y sintomáticas todavía sus relaciones con el Otro. Pero el síntoma, lejos de ser el problema, como piensa una política neoliberal, es un intento de solución, una creación también de las púas del goce y del lenguaje que incluye la clave singular del sujeto para hacer algo más que buscar infinitamente la buena distancia. (Imposible de conseguir a través de la propaganda: dura poco).

Los animales políticos -los seres que hablan-, establecen vínculos muy paradójicos entre ellos, y ahora entre ellas, ellos y elles. Entonces hoy, ya decir “entre ellos” parece excesivo, parece más bien un abuso del mismo lenguaje que los define a ellos, a los animales políticos, como seres sociales.

Nada de esto debería confundirse con las actividades que para los macristas son “verdaderamente” humanas como son la economía, la guerra, el arte de mentir y estafar al prójimo en nombre de una “noble causa” (¡pobreza cero!).

Algunos, el macrismo, dicen que lo prioritario es la función económica de muchos para mantener la riqueza de unos pocos. Para esto cosifican el lenguaje, al zoon politikon, con o sin pandemia.

El erizo peronista, con pronunciar una frase, invoca un ancestro, un líder vivo o muerto, reciente o lejano, y esto lo ubica auténticamente desde donde habla, le da consistencia a la frase del sujeto de los dichos y dichas anteriores. Hay goce, contundencia que sugiere un anclaje. Surge el otro, el semejante que sonríe (eventualmente tiembla) a la distancia adecuada. Aquel ancestro provee la fiabilidad de lo dicho. Resuelve la incompletud, hace una pausa infinitesimal a la incertidumbre personal. Es un erizo simbólico nada fácil, que resuelve y cicatriza heridas. Los compañeros, por un lado, y en todos lados, tienen la garantía que ese “liderazgo” simbólico funciona en las buenas y en las malas. Hoy, en el FdeT, algunos compañeros y compañeras, cuando sienten el malestar que surge de la conciencia de todo lo por hacer, y solicitan una palabra concluyente del presidente. ¿Envidian la certeza conclusiva de Macri, de Bullrich, de Carrió que hablan sin freno, frenéticamente?

Ciertamente no. Otros integrantes del FdT, se ubican en la nostalgia de tiempos cercanos unos, lejanos otros, donde la crueldad del enemigo imponía un dialogo breve, de consignas, sin matices, exacto. Hoy, hay conversación: hay Partido, Movimiento, Frente y  agrupaciones variopintas: todos dan cuenta de la creatividad profundamente humana del peronismo: hay un liderazgo compartido -como es la tradición peronista-. !

 Ni la angustia ni el malestar de las necesidades urgentes de millones de ciudadanes que la están pasando mal, desde el gobierno no se resuelve en un inmediato ¡YA: no hay modo automático: ¿no hay magia! Lo mucho y lo poco que se haga en tiempo real es insuficiente, y solo de modo breve obtura el “defecto” particular, el síntoma individual o el de las mayorías. La necesidad, igual que el amor, es una distancia y solicita una gestión a descifrar todos los días entre las mayorías, para que la “distancia social” de esta época que “pincha” y desespera, se transforme en un “síntoma” de esperanza que dinamice nuestra historia.

Todes estamos inmersos en la dinámica informativa que para unos es la experiencia de la catástrofe permanente, y para otros, en el lazo social democrático, es la revolución permanente, que avanza tres pasos para retroceder uno y trastabillar el siguiente. Esta marcha se va haciendo experiencia compartida y se avanza.

Desde la sabiduría peronista, ahora, al que le toca “fallar” * es al compañero presidente Alberto y su gestión (*Fallar: Decidir o determinar un litigio, un proceso. DRAE 2020). Elles tienen que generar la posibilidad de una continuidad de procedimientos y desde un liderazgo imposible de ser idéntico al de sus antecesores. Y entre todes posicionar una política social fundamentalmente eficaz: el amor transforma la realidad y relanza la esperanza. *

 Hemos organizado una máquina de buenos sueños, de acción, de gestión amplia y novedosa, con poder inteligente para crear otras realidades mejores. En el siglo XX y en el XXI el “síntoma peronista”, con sus lapsus y realizaciones, han sido siempre a favor del pueblo.

 Desde lo colectivo, las masas producen singularidades y sujetos políticos con una fuerte ética de respeto al Otro. El sujeto peronista busca soluciones para la masa que lo incluye: es su ética “individual”. El pueblo y el sujeto de la masa es soñado, y les compañeres les que orientan la marcha, no sin espinas, en esta época de pandemia(s).

Por Ricardo Arias – Eduardo Solari – Agrupación sudeste – Verano 2021