A partir del hecho ocurrido el 17 de octubre de 1945, la historia argentina dio un giro de 180 grados. Scalabrini Ortiz nos habla magníficamente de ese momento: “Era el subsuelo de la Patria sublevado (…) Eran los hombres que están solos y esperan que iniciaban sus tareas de reivindicación”.
Trabajadores y trabajadoras movilizados espontáneamente, sin aparatos partidarios ni punteros políticos, en la mayor movilización de la historia argentina hasta ese momento, ocupa la Plaza de Mayo pidiendo la libertad del coronel Perón, entonces vicepresidente de la Nación, secretario de Guerra y secretario de Trabajo y Previsión, preso en la isla Martín García, al que veían como el garante de sus derechos civiles y sociales, postergados por una oligarquía dominante y depredadora.
A partir del peronismo “hecho maldito del país burgués” como lo definió John W. Cooke, nada transcurrió igual en la Patria.
Trasladados a la actualidad, este 17 de octubre de 2020 es un símbolo que excede afinidades partidarias. Ha pasado a representar al Pueblo enfrentado a un sistema económico y social que oprime y restringe derechos humanos fundamentales.
El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández, electo mayoritariamente hace tan sólo 10 meses, con aciertos y errores, ha demostrado que su camino central está orientado hacia la defensa de la salud, del trabajo, del bienestar del Pueblo en general.
Sin embargo, vemos a las derechas enardecidas, violentas, con un odio visceral hacia lo popular, expresado en acciones desestabilizadoras en la calle, en los medios, en ciertas decisiones judiciales y en políticas obstruccionistas de alguna dirigencia opositora.
Independiente de filiaciones partidarias diversas, lo propuesto para este 17 de octubre con su modalidad virtual y motorizada (desalentando, por supuesto, lo presencial/personal por el cuidado que “nos debemos “ por la Pandemia), pretende demostrar la defensa de un gobierno votado por una mayoría de ciudadanos que queremos vivir en paz, sin odios hacia los que piensan distinto , a los que tienen identidades raciales, religiosas, genéricas y políticas diversas pero que nos aglutina la unidad en la diversidad, defensora de derechos y personas.
Por Marta Gofin
