El misterioso modo en que el amor actúa

Quién es? Pregunta Lucía, con sus cinco años recién cumplidos, mientras padece escondida el zoom numero 100 que su mamá hace desde casa.

-Un compañero.– Le respondo hablando ente dientes y con la gimnasia de no sacar la mirada de la pantalla.

brickel

-Noooooo mamá!!! La que está atrás!!.-

Evita Lu.-

-Si… ya sé… .- y se queda en silencio un rato

-Me encanta…- dice, pegando la vuelta para irse a jugar.

Javier (el compañero) tiene en su despacho la obra de un artista escobarense que refleja el abrazo de Juan y Eva. La pintura es bellísima e impactante porque de la figura de ellos irradian cientos de colores que le dan una fuerza realmente atrapante a la imagen.

Lucia no preguntó quienes eran, pregunto por ella. Con una seguridad y un sentido de pertenencia que me dejó perpleja…

Yo tengo una suerte de obsesión con gran parte de la iconografía peronista. En particular con la obra de Marmo en el edificio del MOP. No puedo dejar de sentirme fascinada por esa imagen, cada vez que vamos a capital y pasamos por ahí, le sacamos una foto como quien deja una ofrenda en su santo. Traté de situar ahí la razón del “encantamiento” pero supe que había más de amor y de misterio.

Hace ya algún tiempo, leímos la historia de Evita contada para niñas y niños de la Editorial Chirimbote, hay un pasaje que cuenta que Eva tenía una única muñeca que compartía con todos sus hermanos, a la muñeca le faltaba una pierna, razón por la cuál su mamá pudo comprarla. 

Desde esa lectura, muchas cosas cambiaron.. Pero Eva no tenía en la vida de Lucía, aún, un nombre propio.

Eva Perón o Evita como la llama su pueblo, es la principal referente de la justicia social en Argentina y sin duda encabeza la mística del peronismo, fue la mujer que abrió el camino a todas las mujeres argentinas, para que conquisten derechos en una sociedad que les negaba todo.

“He hallado en mi corazón, un sentimiento fundamental que domina desde allí, en forma total, mi espíritu y mi vida: ese sentimiento es mi indignación frente a la injusticia. Desde que yo me acuerdo cada injusticia me hace doler el alma como si me clavase algo en ella. De cada edad guardo el recuerdo de alguna injusticia que me sublevó desgarrándome intimamente”.

Seguramente esta frase empiece el día en que Juana (mamá de Eva) le mostró la justicia, una justicia desigual, desigual como su muñeca. Desigual como la sociedad argentina a la que Eva quiso hacer más justa, más libre, más soberana. 

Inició el camino desde la Fundación que llevó su nombre, su obra fue vasta: darle al puedo dignidad para vivir: casas, hospitales, escuelas, hogares de tránsito, de mujeres, de ancianos, de niños.

Abrió las puertas a las mujeres creando redes a través de los centros cívicos femeninos donde se encontraba la ayuda social, se aprendían artes y oficios y fue esta la semilla del Partido Peronista Femenino. En Septiembre de 1947 Perón entregó a su compañera la copia de la Ley 13.010 del sufragio femenino.

Evita le hablaba a los humildes y a las mujeres. No aceptó los canones de la época que le asignaba el rol de la beneficencia. Nada de dádivas: los pobres tienen derechos, repetía.

Con el Partido Peronista Femenino logró la reelección de Perón para un segundo mandato, aunque ella no aceptó ninguna candidatura.

Su renunciamiento, a la postulación para la vicepresidencia, fue uno de los actos más conmovedores de la historia argentina. El 22 de agosto de 1951 ante una multitud que la amaba, pidió unos días. Estaba enferma. Días después, en un mensaje por radio, Evita declinó la postulación.

“Si con ese esfuerzo mío, conquisté el corazón de los obreros y de los humildes de mi patria, eso ya es una recompensa extraordinaria que me obliga a seguir con mis trabajos y con mis luchas. Yo no quiero otra cosa que este cariño”, les dijo.

El 11 de noviembre de 1951 Perón ganó, con una participación masiva de las mujeres. Evita votó en su lecho de enferma.

Falleció en 26 de julio de 1952: El comunicado oficial que anunció su muerte paralizó al país: “Cumple la Secretaría de Informaciones de la Presidencia de la Nación, el penosísimo deber de informar al pueblo de la República, que a las 20:25 horas ha fallecido Eva Perón, Jefa Espiritual de la Nación”. Millones de personas concurrieron a su funeral. Las mujeres lloraban bajo la lluvia y el frío. Tenía solo 33 años.

Su vida crea fascinación en el mundo. La “Abanderada de los Descamisados”, nació en Los Toldos, provincia de Buenos Aires y a los 15 años se trasladó a Buenos Aires, donde inicio una carrera artística, hasta que conoció al coronel Perón, en enero de 1944, durante un acto para reunir fondos para San Juan, que había sufrido un terrible terremoto. Allí inició el camino que la unió para siempre a su pueblo.

Sus sentimientos y su vida están reflejados en sus libros: La Razón de mi Vida, publicado en 1951 y Mi Mensaje, editado póstumamente por Fermín Chávez.

Hay diferentes momentos en la vida para entender a tan inmensa figura de la historia. Lo cautivante de su imagen, la belleza de una mujer valiente, revolucionaria, comprometida. También hay momentos para redescubrirla por su bondad, su capacidad de dar amor y su entrega. Y hay momentos claves en la historia para aferrarse a ella, a las banderas, a la lucha.

Este momento de reconstrucción es uno de ellos, tal vez el más difícil que nos toque en este tramo de la historia, el misterioso modo en que el amor actúa impactando en nosotros, en nuestros actos, en nuestra historia, sea tal vez, el componente clave de este movimiento. No lo creen?

Por Alejandra Blanco