El legado vigente del 17 de octubre


Por Daniel arroyo*

El 17 de octubre de 1945 fue un punto de quiebre en la historia de la Argentina, porque marcó la irrupción de millones de trabajadoras y trabajadores en las calles y en el debate de la agenda política. La potencia de ese gesto y la magnitud de las movilizaciones sembró ideas y épicas que, 77 años después, siguen plenamente vigentes.

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Ese 17 de octubre fue un pueblo movilizado en las calles. Y significó el encuentro de esos trabajadores con su líder. Juan Domingo Perón supo ver a quienes nadie veía, les dio acompañamiento y derechos a los trabajadores de cuello azul, a los laburantes de las industrias, a quienes trabajaban la tierra. Con las políticas públicas que implementó en sus gobiernos, generó justicia social e inauguró una nueva etapa para la Argentina. Así se transformó en una de las grandes figuras de nuestra historia.

Las dos primeras gestiones de aquel peronismo naciente impulsaron la producción y el trabajo como motor para poner de pie a la Argentina. Y lo hicieron siempre con la mirada puesta en la necesaria ampliación de derechos para el pueblo. Así llevaron adelante una fuerte política de industrialización basada en la sustitución de importaciones y la expansión del mercado interno. Además, impulsaron las industrias pesadas: la siderurgia, la generación de energía eléctrica; y se invirtió en el sector agropecuario modernizando las formas de producción. Fue el peronismo el que hizo posible el sueño del voto femenino, el acceso de trabajadores a las universidades, la creación de nuestra aerolínea de bandera, entre otras tantas políticas que son parte de nuestra historia y de nuestro presente.

Juan Domingo Perón fue un líder que construyó conceptos y que generó un movimiento popular que más de 75 años después sigue vigente. Me refiero a la idea de una patria latinoamericana unida y articulada, al impulso del trabajo y la producción, a la sustitución de importaciones, al impulso de la industria, a la generación de derechos políticos, sociales, culturales y económicos. Fue un pionero en muchos de los debates que hoy se da en el mundo. Fue un político que supo construir mayorías.

El peronismo es poner cabeza y corazón para garantizar que nuestro pueblo pueda comer bien, para mejorar los ingresos de las familias, para que nuestras pibas y pibes puedan estudiar, para que el estudio y el trabajo sean los pilares de la movilidad social ascendente. El peronismo es una identidad colectiva en la que pueden convivir ideas diversas, siempre con un objetivo común: la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. Y haciendo presente el legado que nos dejó Perón: tenemos que lograr que quienes hoy la pasan mal tengan oportunidades reales en la Argentina.

*Daniel arroyo – Diputado Nacional.