El feminismo del HACER es posible

Por Rosalia Fucello*

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora es una fuerza que une y amplifica las voces individuales que trabajan en cuestiones relacionadas con la mujer en distintos países y ámbitos. Se convierte en un momento mundial que pone de relieve los diversos retos que aún pasan desapercibidos: los problemas que se pasan por alto y los logros que no se celebran.

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Me gustaría detenerme en la palabra TRABAJADORA, que es clave para acelerar los procesos de transformación cultural en el largo camino hacia la igualdad de género. El trabajo, junto a la educación es, sin ningún lugar a dudas uno de los mayores motores de desarrollo de los seres humanos y, habitualmente una de las formas más habituales de desigualdad entre varones y mujeres.

Las mujeres hemos logrado avances sustanciales, pero también es cierto que, en la práctica, la igualdad de género es aún una tarea pendiente. Digamos las cosas como son: Sigue habiendo diferencias salariales entre hombres y mujeres, siguen faltando mujeres en posiciones de liderazgo, y persiste la violencia contra las mujeres y las niñas.

La violencia contra las mujeres es una violación a los derechos humanos, y las consecuencias físicas, sexuales y psicológicas inmediatas y a largo plazo para ellas pueden ser devastadoras, incluyendo la muerte. El maltrato emocional suele pasarse por alto porque las heridas no son visibles a simple vista. Las propias víctimas empiezan a normalizar e interiorizar el abuso verbal, y los sutiles patrones de comportamiento que desgastan su autoestima y su sentido de sí mismas. Esto afecta a su salud mental y al bienestar no sólo de las mujeres, sino también de sus hijos y familias.

Las mujeres tenemos una potencia imparable cuando encaramos proyectos, y más si los hacemos juntas. Contamos con una capacidad única de formar redes, de impulsarnos, motivarnos y acompañarnos. Es esta fuerza la que nos impulsó el año pasado a crear nuestra Fundación Labradoras, que tiene como objetivo que las mujeres desarrollen su máximo potencial personal y profesional como protagonistas de sus propias vidas y como agentes de un cambio positivo.

Los Programas que desarrolla Fundación Labradoras tienen como ejes centrales la generación de trabajo genuino, la capacitación y la educación para el mundo laboral y el fortalecimiento del rol de la mujer en el desarrollo productivo de la sociedad.

A partir de estos programas, entre los que se destaca la consolidación de ConRetazos, vemos como la autonomía económica y el HACER de las mujeres logra mejorar su autoestima y su calidad de vida. Notamos claramente como nosotras podemos ser artífices de nuestro propio futuro, de nuestras propias vidas. Ya son decenas las oportunidades laborales que se generan en este programa y vamos por mucho más, tanto en San Isidro, como en el resto de la provincia.

Invertir en la emancipación económica de las mujeres abre una vía directa hacia la igualdad de género, la erradicación de la pobreza y el crecimiento económico integral. Creemos profundamente en la chispa que puede dar esperanza, en el poder que se esconde detrás de una idea o sueño, en la determinación y la responsabilidad personal, en el impacto que aporta la historia personal de cada una.

Quiero que desafiemos y pongamos luz a los lados más oscuros de nuestra sociedad. Que utilicemos nuestra voz colectiva al servicio de quienes no son escuchadas y para defender aquello en lo que creemos.

Quiero que la Fundación Labradoras se convierta en un espacio para las mujeres que quieren hacer crecer su negocio de una forma que apoye sus valores, objetivos y estilo de vida. Que sea ese lugar en San Isidro desde el cual miremos al futuro y que lo hagamos de una forma distinta a la que miramos el presente: con mayor audacia, con mayor vocación de acuerdo, y con mayor confianza en nosotras mismas. Somos capaces de conseguirlo. Debemos conseguirlo. Se lo debemos a nuestras madres, a nuestras hijas y familias en general. Acerquémonos, porque así sentiremos que no estamos solas. Crear vínculos es la única forma de ser más poderosas. Practiquemos juntas el feminismo del HACER.

*Rosalia Fucello – Concejal San Isidro