Corrían tiempos duros, desalentadores en Argentina, en 1982, veníamos de perder la guerra de Malvinas y se descubría a cada paso el horror de lo vivido en la dictadura.
Todo era oscuro, demoledor.
Esa crisis abrió paso a la apertura democrática.
Alfonsín, en esa época, construyó la “entrada a la vida”.
Como le transmitió Jorge Luis Borges a Raúl Alfonsin, en un encuentro memorable, le dijo TENEMOS EL DEBER DE LA ESPERANZA! Y ese fue el motor que nos impulsó a todos a sacar a Argentina adelante.
Hoy, como ayer, el desaliento, la crispación, la depresión, se encuentra en cada barrio, en cada hogar.
No nos vamos a rendir, debemos apretar los dientes, promover el trabajo, cuidar al que da trabajo, fortalecer la educación y apostar a la innovación e investigación.
Vale la pena! todavía hay esperanza, hay un horizonte, debemos corregir nuestros errores, debemos hacernos dignos y que, aunque lleguen tiempos de cólera, habrá lugar para cumplir los sueños! #HayEsperanza
Por Diego Castagnaro
