“A falta de infierno, hemos aprendido a edificarlo y a hacerlo funcionar en la tierra”. Georges Steiner. 2001
“Improvisación y valor” Noe Jitrik, 2021
Intentar anticipar y valorar la complejidad de las crisis en el mundo actual, es apostar ser previsor, en lugar de reaccionario.
El cambio climático, la tecnología, las enfermedades y las crisis financieras plantean grandes desafíos para los habitantes del mundo: nosotros. La cuestión de conversar y reunir diferentes puntos de vista no es tarea fácil.
Cada cuatro años las 18 agencias de Inteligencia de EEUU se reúnen en un Consejo de Inteligencia (IC). Y, ya en 2008, advertían en un informe, sobre la aparición de una pandemia que se originaria en Asia y se propagaría por todo el mundo. En 2021, ese mismo IC, dice que la pandemia ha demostrado ser “la perturbación global más significativa y singular desde la Segunda Guerra Mundial”, con implicaciones médicas, políticas y de seguridad que repercutirán en los próximos 20 años en la vida cotidiana.
Las enfermedades, las crisis financieras y las tecnológicas, todas de origen humano, dichas y predichas, dividen más de lo que unen. Casi todo lo echo, por los hombres y mujeres de corporaciones con afán de lucro, ejercen presión sobre las sociedades y generan conmociones con estatura de catástrofe. La brecha entre las instituciones destinadas a resolverla continúa creciendo, de modo que es probable que la política dentro de los estados se vuelva volátil y contenciosa, y ninguna región, o sistema de gobierno tendrá respuestas adecuadas y definitivas. A las insuficiencias, aquí, algunos, la hacen grieta. Y mientras las corporaciones crean que el mundo de la naturaleza, está solo hecho para transitarlo en automóvil, estaremos en problemas.
Las corporaciones, con control financiero de los laboratorios, usando partidos políticos, y con informes de Inteligencia, son las parturientas de “grieta”. Aspiran a la búsqueda febril de un lucro catastrófico a costa de la tragedia de todos los habitantes de a pie del mundo. Bombardean los puentes, y los términos intermedios de las diferencias.
“Sabemos” que se estaba mal preparado para el coronavirus y que la pandemia se manejó muy mal en la mayor parte de las naciones, incluido Estados Unidos y la Unión Europea. “Sabemos” que los casquetes polares se están derritiendo, elevando el nivel del mar. Y “sabemos” que, a pesar de todos los beneficios de Internet, la tecnología digital ha desatado mentiras y conspiraciones. Y, aun así, el neoliberalismo, juega a los dados con la vida. Para la derecha conservadora todo puede ser agitado en el cubilete del libertinaje del mercado.
Albert Einstein dijo que “Dios no juega a los dados”, y esta advertencia es clara en un difícil momento en que parte del discurso político se ha vuelto venenoso, intentado boicotear la razón y barbarizar la civilización.
¿Quién está pariendo este mundo?
Por Ricardo Arias – Alba Fiorito – Agrupación Sudeste – Otoño 2021
