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El 8 de Marzo no se festeja, se visibilizan nuestras luchas

El 8 de marzo (Día Internacional de la mujer trabajadora), como el 3 de junio (movilización “Ni una menos”) y 25 de noviembre (Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer), son fechas del calendario basadas en momentos bisagra de vulneraciones a la mujer a causa de su género. A su vez, ponen sobre relieve su invisibilización como sujeto de derechos producto de la cultura patriarcal, que aún hoy está presente.

Son hitos en la línea de tiempo, que nos sirven para reflexionar e interpelarnos sobre el respeto en el trato hacia nosotras y respecto del ejercicio igualitario de nuestros derechos.

Las mujeres hemos sido víctimas históricas de la cosificación a través de las normas, desde que nuestros derechos eran ejercidos a través de nuestros padres o nuestros esposos, por una capacidad que nos era negada. Fue la lucha de nuestras mujeres del pasado la que ha logrado equiparación legal y con ello el primer paso a la igualdad que aun hoy, no hemos conseguido.

Si bien es cierto que hoy no estamos como entonces, cuando no podíamos votar o administrar nuestros ingresos o bienes, con una marcada inferioridad legal frente a los varones, no es menos cierto que la disparidad no ha desaparecido y podemos notarla a diario. Existen hechos de nuestra cultura que nos impiden ser consideradas iguales para el trabajo, la formación, el disfrute, el acceso a los cargos públicos y el desarrollo pleno de todos los derechos.  Empezando por los fundamentales, como son el de la vida e integridad física.

Contar con estas fechas en el calendario, es útil para concentrar mensajes comunes y colectivos en nuestras comunidades. Es necesario internalizar la idea de igualdad y debe primar en todos los ámbitos de nuestras vidas. Para que todos los derechos civiles y políticos que rigen nos amparen, porque aun hoy, y pese a los enormes logros obtenidos, no podemos ejercerlos plenamente.

No existirá una patria absolutamente libre y justa, en tanto exista una mujer vulnerada en sus derechos, desconocida en su igualdad, violada, golpeada, maltratada o muerta víctima de violencia machista.

Hoy recordamos a todas las mujeres que perdimos y caminamos conmovidas por la violencia que aún sufren muchas de nuestras hermanas, producto de esta sociedad patriarcal, machista y violenta con la que convivimos y que nos aporta la triste estadística de un femicidio cada 30 horas. El 8 de marzo no es un día de celebración, es un día de reunión y unidad para hacer visible nuestros derechos. Hoy es un día para reivindicar la justicia y la igualdad.

Por Dra. María Laura Guazzaroni – Presidenta del Honorable Concejo Deliberante de Escobar

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