Desde principio de año la realidad nos sorprendió con lo inesperado. Sabemos que el mundo es un lugar lleno de incertidumbre, pero también confiamos en la seguridad que nos da la construcción de bases sólidas en el aprendizaje y el sostén que brindan los vínculos que se nutren de la confianza y el respeto. Es por eso que cerramos este año sintiéndonos fortalecidos y agradecidos por los aprendizajes logrados.
Como Institución, hemos crecido a pasos agigantados. Nuestro entusiasmo, compromiso y respeto por parte de cada uno de nuestros docentes, padres y alumnos, hizo que alcancemos niveles de enseñanza y aprendizaje impensados durante esta pandemia.
Los estudiantes más pequeños lograron incorporar la lectoescritura, resolver situaciones problemáticas, convertir el hogar en un laboratorio, producir y plasmar sus expresiones artísticas . Los adolescentes han demostrado gran capacidad de adaptación, generando continuamente nuevas propuestas de mejora, tanto personal, transitando nuevos espacios universitarios, como grupales, sosteniéndose unos a otros, fortaleciendo y desarrollando la capacidad de resiliencia en cada momento.
Fuimos construyendo puentes, una realidad muy diversa, donde escuela y familia han logrado trabajar juntos para avanzar en un mismo objetivo en común: el aprendizaje de cada uno de los chicos. Nos abrieron las puertas de sus hogares, compartimos desayunos, almuerzos, siestas, risas y llantos. Hemos fortalecido la relación familia-escuela. Cuestión esencial, para que nuestros niños y adolescentes, se sientan seguros.

Recorrimos los contenidos curriculares, pero también descubrimos a Roald Amundsen en un maravilloso ABP, lleno de aventuras.
Acampamos, leímos cuentos, trabajamos en diferentes plataformas, nos valoramos y respetamos.
Aprendimos a escucharnos, y a darnos aliento, cuando nos sentíamos muy cansados.
Felices de habernos descubierto en un año tan particular, llegamos al cierre, orgullosos de nuestros docentes que incansablemente, día a día, recibían a cada uno de nuestros estudiantes, con una enorme sonrisa y con propuestas que desafiaban la realidad. Y más orgullosos todavía de cada uno de nuestros alumnos, que demostraron optimismo, resiliencia y ganas de aprender siempre, viviendo los valores institucionales de la superación constante, la gratitud y el compromiso.
Enfrentamos juntos los miedos, nos abrazamos y logramos encontrarnos en las actividades de revinculación, con toda la escuela. Un momento inolvidable para toda la comunidad. Celebramos con nuestros egresados la posibilidad del reencuentro y la despedida.
Cerramos un año lleno de matices. Hemos aprendido que, con esfuerzo, responsabilidad y por sobre todas las cosas, EMPATIA, podemos hacer juntos un mundo mejor.
Es hora de descansar, para luego volver a comenzar. Estamos preparados para enfrentar todos los desafíos que nos propongan. Estamos armados con la gran pasión que sienten los docentes de nuestra institución, llevando excelencia en una nueva propuesta educativa. Tanto en la virtualidad como en la presencialidad, tenemos muy claro cuál es el camino para lograrlo.