Hoy se celebra Día Mundial de la Justicia Social cuyo objetivo debería ser erradicar la pobreza, promover el pleno empleo y el trabajo decente, la igualdad de género, el bienestar general.
Está proclama de Naciones Unidas sabemos que no es más que eso, una proclama más de tantas de los organismos internacionales. Estos solo se han dedicado, salvo excepciones, a cuidar los intereses de los más poderosos y por lo tanto a profundizar las injusticias.
La justicia social solo a sido efectiva a lo largo de la historia cuando funcionaron los Estados de Bienestar. El Estado como constructor de justicia social, llevando adelante políticas que generen igualdad de condiciones, tendiendo la mano de abajo hacia arriba de la pirámide social.
Un claro ejemplo son estos tiempos de pandemia, donde los Estados han tenido que cuidar la salud de sus poblaciones, ha sido sin dudas la salud pública en función del bien común. Está atiende a los que más tiene como a los que nada tienen.
La justicia social se construye ampliando derechos, democratizando las instituciones y socializando la riqueza que generan los países. La justicia social se construye con gobiernos democráticos, populares, donde prime el interés general sobre lo particular y la soberanía sobre los recursos sea una regla y no una opción.
Por Pedro Muñoz