Por Romina Del Plá*
Hoy, en Argentina y a nivel mundial se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, fecha que tuvo su origen en el movimiento internacional de mujeres socialistas, cuando Clara Zetkin, dirigenta de aquel movimiento, propuso en 1910 extender a nivel mundial ese día en homenaje a la huelga de 2 meses recordada como el levantamiento de las 20 mil, que exigía la reducción de la jornada laboral, igualdad salarial y denunciaban las pésimas condiciones de trabajo que padecían.
Más de un siglo después, miles de mujeres nos seguimos movilizando por nuestras reivindicaciones y demandas, históricamente postergadas por los distintos gobiernos, responsables de que nuestra situación se agrave cada día. La profundización de la crisis económica ha llevado a niveles récords la feminización de la pobreza, donde 6 de cada 10 mujeres están entre los sectores más empobrecidos del país y en promedio las mujeres ganan el 21,8% menos que sus pares varones, brecha que asciende al 34,6% en el empleo asalariado informal. Según últimos datos de UNICEF el 72% de los nacimientos no tiene cobertura por licencias por maternidad y las mujeres dedican 6,3% de hs/día a trabajos de cuidado no renumerados. ¡Que mayor confesión de que gobiernan a espaldas de las trabajadoras!
Las funcionarias del Gobierno Nacional se llenan la boca hablando de las tareas de cuidado y condenan a la más brutal precarización de la vida a las familias trabajadoras. La ministra Tolosa Paz ataca a las mujeres más pobres que luchan contra el hambre cuando anuncia el recorte de más de 100 mil planes Potenciar Trabajo, mayormente percibidos por mujeres como único ingreso fijo mientras dejan su vida haciendo changas, limpiando casas, atendiendo comedores, cocinando, etc.
El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner no ha hecho más que demagogia y cooptación política con nuestra agenda, anunciando el “fin del patriarcado” cuando una mujer es víctima de femicidio cada 20hs. “Las mujeres gobernando” expropiaron nuestra simbología de lucha para gestionar de la mano del FMI y las iglesias.
Por el lado de los Milei y de los liberfachos, que arremeten contra las mujeres y diversidades como eje fundador de su discurso, solo se puede esperar que reine la más absoluta precarización laboral y de la vida, sin ningún tipo de derechos básicos. Sus discursos asimilan tendenciosamente la lucha de las mujeres con un puñado de funcionarias de los Ministerios que se llenan los bolsillos, recortan el único ingreso de miles de mujeres, mientras empobrecen a las mayorías. Las posiciones que niegan la opresión de género tienen como sustrato de fondo la estafa y el fracaso del Gobierno en materia de derechos y conquistas de las mujeres y diversidades. Sobre esta base se montan también Bullrich y Vidal, “mujeres” que al igual que Toloza Paz, atacan a las más humildes y proponen recortar todo tipo de derechos adquiridos en más de un siglo de lucha y movilización.
Quienes reivindicamos la lucha de las mujeres y diversidades, la de ayer y la de hoy, estamos convencidas que para que recuperar el protagonismo, como lo hicimos con #NiUnaMenos y con la Ola Verde es necesaria la independencia política del actual gobierno y de los bloques capitalistas en todas sus variantes. Contra todos ellos, y en medio de un ajuste feroz que se descarga contra las y los trabajadores, la Izquierda tiene que plantarse e imprimirle al 8M un carácter de lucha, de organización por las reivindicaciones pendientes de las trabajadoras, que son también las reivindicaciones del conjunto de la clase obrera. Por eso convocamos a marchar a Plaza de Mayo este 8M de manera independiente de los gobiernos.
Por la ESI laica y por el efectivo derecho al aborto legal, por Lucía Pérez, Claudia Tupa Lotore y todas las mujeres y pibas, por Tehuel, por el salario de las trabajadoras y por las piqueteras agraviadas por todos los gobiernos en su lucha contra el hambre, ganemos este 8M marchando a Plaza de Mayo y a los centros del poder político en todo el país. Este 8M, volvemos a las calles para decir que la lucha por nuestros derechos es incompatible con el ajuste, con el FMI y con este régimen social que perpetua toda forma de violencia y opresión.
*Romina Del Plá – Diputada Nacional