Día del Trabajador: Un día para replantearnos ¿qué estamos haciendo?

Hoy 1 de mayo, es una fecha especial en la que se conmemoramos el Día del Trabajador  en todo el mundo y recordamos a los mártires de Chicago de 1886 y su gesta  por reivindicar la jornada laboral de ocho horas y muchos otros derechos.  Quiero saludar en esta fecha a todos los trabajadores del mundo, en particular a todos los argentinos y vecinos de Vicente López, que forman parte en sus distintas expresiones y formas de la “cultura del trabajo”.

Quisiera aprovechar estas líneas no sólo para evocar la efeméride que evoca la lucha y la tragedia, sino también para reflexionar juntos sobre el presente y el futuro laboral del país.  Esta es una imperiosa e  inmensa tarea que nos debe ocupar  a todos los dirigentes políticos y todos los sectores sociales: sacar al país de la postración en la que está y hacer nuevamente de la Argentina, una nación pujante. 

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Hoy los argentinos vivimos en un país fundido y quebrado, al borde del caos. Con índices de desocupación peores que los del 2001, índices de inflación record para la región.  La ciudad de Buenos Aires sitiada por piquetes, paros, la inseguridad golpeando nuestras puertas,  robos y narcos- y una pérdida del poder adquisitivo y del valor del peso inusitada.

¿Vamos a hacer algo para no nos vayamos del país? ¿Para que no nos maten? ¿Para seguir con las persianas abiertas? 

Les pregunto: ¿Qué vamos a hacer para que nuestros hijos no hagan las valijas y para crear una política laboral acorde a los tiempos que corren?

Podría sacar pecho con la Expo Empleo que promueve el municipio de Vicente López  o la Expo Empleo Gastronómica, que pone en contacto directo a las empresas de ese sector con las personas, lo mismo que con el portal de Empleo de la Comuna.

Todo eso está bueno, sirve, pero no alcanza, si desde los gobiernos Nacional y Provincial no se comprometen a trabajar para incentivar la cultura del trabajo.

Como radical, hoy podría hablar de todo lo que significó Crisólogo Larralde, sus luchas por el salario mínimo, vital y móvil, su condición de “militante político”, que nunca ocupo cargos públicos y desde el llano, logró que sus sueños por una mejor calidad de vida de los trabajadores se hicieran realidad. Podría hacerme el distraído, pero no.

Necesitamos dar vuelta esta realidad, crear una política laboral acorde a los tiempos que corren. Es el tiempo de asumir sin complejos, ni fundamentalismos,  la transformación y cambios que el siglo XXI y la  revolución tecnológica  han traído aparejados. El teletrabajo, el home office, la digitalización han llegado para quedarse. Son síntomas de la evolución del conocimiento, vienen a abrir nuevos espacios, trabajo descentralizado, liderazgos más horizontales,  que exigen la actualización e incorporación de las nuevas herramientas de trabajo.

Para desterrar los fantasmas del retroceso y el estancamiento, necesitamos transparencia y democratización de sus funciones y  acciones. Salir del estancamiento y retroceso, requiere de instituciones y dirigentes honestos.

El “trabajo dignifica al hombre” acuñó sabiamente un filósofo del siglo XIX.

¿Será que podamos estar a la altura de aquellos pensadores?

Por Luis González – Bloque Juntos Vicente López – Miembro de la Comisión Trabajo, Prevision Social y Asuntos Gremiales