Tan importante han sido nuestros bosques que hombres de la talla de Belgrano y Sarmiento fueron impulsores de la forestación en nuestro país, no solo como motor económico de las regiones, sino también promoviendo la conservación de nuestros recursos naturales.
En un mundo amenazado por catástrofes naturales, en gran medida producidas por las actividades económicas humanas, la deforestación es uno de nuestros mayores enemigos, y evitarla, uno de nuestros mayores desafíos. Hoy, una de las mayores reservas de flora y fauna del mundo está viviendo uno de los momentos más críticos de los últimos siglos, con la desaparición de millones de especies, devoradas por miles de incendios registrados en la Amazonia.
Los Árboles, además de proveer de oxígeno, son capaces de ofrecer otros beneficios ecosistémicos claves, incluso en las ciudades: pueden bajar las temperaturas hasta 8°C, filtrar partículas contaminantes, regular el flujo de agua producto de las lluvias, absorber grandes cantidades de CO2 (mitigando el cambio climático), ahorrar electricidad y calefacción brindando cobertura ante las inclemencias climáticas, e incluso está demostrado que pasar tiempo cerca de los árboles mejora la salud física y mental (aumentando nuestros niveles de energía, y velocidad de recuperación, disminuyendo el stress y la presión arterial).
En el Municipio de San Fernando hemos forestado nuestra ciudad con más de 50.000 árboles en los últimos 8 años, y duplicado la cantidad de espacios verdes a los que nuestros habitantes pueden acceder para pasar un tiempo con la naturaleza y aprovechar los beneficios que la Naturaleza puede ofrecernos. Además, contamos con la Reserva de Biósfera Delta del Paraná, pulmón de la Provincia de Buenos Aires, en el territorio isleño del Municipio, y hemos asumido los compromisos ambientales necesarios para garantizar y mejorar la calidad de vida de nuestros ciudadanos.
