La vida hay que vivirla hacia delante,
pero solo se puede comprender hacia atrás.
S. Kierkegaard . 1848
Luego del proceso de avance de gobiernos neoliberales en la región, de la mano de formas de acceso al poder en algunos casos de dudosa legitimidad, parece hacerse presente una segunda oleada de retornos progresistas. El triunfo de AF en nuestro país, de Luis Arce en Bolivia, el avance constitucionalista en Chile y el ocaso de los autoritarismos de Duque en Colombia y Bolsonazi en Brasil parecen indicar que la región comenzó lentamente recorrer ese sendero.
Sin embargo y al mismo tiempo se encienden algunos signos de alerta. Castillo en Perú todavía no ha podido asumir como presidente electo del Perú porque la derecha golpista encabezada por Keiko con la connivencia del tribunal electoral ha decidido impedirlo, mientras Arce ha sufrido un conato de rebelión destituyente en la última semana. Estos sucesos representan de manera simple una violación a las reglas del juego de la democracia. Las derechas de la región, acompañadas por el Departamento de Estado del gobierno de EE.UU, una vez más van contra la democracia. Esto instala en nuestros pueblos el retorno a una vieja disyuntiva que se puede sintetizar como democracia vs autoritarismo.
Pero también los sucesos de Bolivia, Perú, Chile, Colombia y Brasil, se muestran como ejemplos para toda la región. Los pueblos permanecen en las calles, en Chile lo hicieron hasta lograr la tan ansiada reforma constitucional, en Brasil metiéndole millones de personas a un Bolsonazi que como fruto de ellas hoy se cae a pedazos (Lula 49% de intención de votos, Bolsonazi 29%), otro tanto le sucede a Duque en Colombia, que solo sigue en el poder porque lo sostiene el imperio con sus bases de marines en ese país y la manipulación psicológica de importantes sectores de la población. Si Castillo llegara a asumir en Perú, será empujado por las importantes movilizaciones de un pueblo que se niega a que le roben el resultado obtenido en los sufragios y si Arce se consolidara en el ejercicio de su presidencia, será porque millones de bolivianos permanecen en las calles días tras días. Algo podemos decir nosotros mismos, si traemos a la memoria los sucesos acaecidos cuando la Suprema Corte vernácula intento instaurar el 2 x 1 para los genocidas vernáculos.
Algunos intelectuales como Noam Chomsky, Naomí Klein, Immanuel Wallerstein (Ya desaparecido) y Nancy Fraser, insisten en la necesidad de radicalizar la democracia. ¿Pero que es radicalizar la democracia? Bueno, la respuesta la tienen los pueblos de Chile, Bolivia, Perú, Brasil, Colombia y Argentina. La legitimidad se otorga cada día permaneciendo en las calles. Sin embargo, también podríamos pensar en construir formas institucionales de radicalización de la democracia o usar las que ya tenemos en nuestra Constitución nacional (Argentina). La creación de dispositivos que profundicen la democracia participativa sería una buena estrategia en dicha dirección.
Volviendo al inicio debiéramos puntualizar en primer lugar, que el ataque del neoliberalismo a la democracia se produce minando el bienestar de la población en general, sumiendo a millones de personas en el hambre y la desesperación, lo cual termina conduciéndolos a una conclusión muy básica pero muy potente: la democracia no sirve para que vivamos mejor. ¿Cómo radicalizar la democracia para combatir este proceso? Pongamos como ejemplo la Hidrovía. Alcira Argumedo[1] (Lamentablemente ya desparecida), en una de sus últimas intervenciones públicas señalo que según sus investigaciones, la evasión fiscal en el año 2018 representó unos 30.000 millones de dólares. Una porción importante de esa suma de divisas corresponde al sector agrario, que ha utilizado precisamente a la Hidrovía para llevarlo adelante. Primero se apropió de los puertos y luego del cobro del peaje sobre el tránsito comercial en el Río Paraná, desplazando al Estado del control de dicho proceso. La AFIP, percibe impuestos de acuerdo a una declaración jurada (Que nadie controla) que emiten los exportadores de cereales sobre los granos que cargan en cada buque. ¿Una correcta percepción impositiva, fruto de evitar la elusión fiscal, no mejoraría la posibilidad de llevar adelante políticas públicas que mejoren la calidad de vida de la población? Seguro que sí. Y ello depende del control estatal de comercio exterior en este caso particular. ¿La población en general no tiene nada para decir frente a la decisión de licitar nuevamente (Privatizar) la Hidrovía? ¿Existen mecanismos de escucha de la voluntad popular? Claro que si. La Constitución nacional prevé mecanismos de consulta a la población para este tipo de cuestiones. Llevar adelante una consulta sobre el tema de la Hidrovía radicalizaría la democracia en dos sentidos, el primero, es otorgando mayor grado de legitimidad a la medida subsecuente y en segundo lugar empoderando al soberano, es decir al Pueblo que decide por sí mismo como mejorar su calidad de vida, invirtiendo aquella forma de percibir la democracia a la cual nos condena el neoliberalismo.
O radicalizamos la democracia instituyendo dispositivos de participación popular o utilizando los ya existentes, o estaremos en peligro en ser sometidos por autoritarismos de derecha, bajo aquella forma definida como neo fachismos por el genial Boaventura de Sousa Santos. Esa es la disyuntiva del momento, o neo fachismos o protagonismo popular. Los pueblos ya lo han decidido, ahora falta que nuestros Gobiernos se hagan cargo.
Por José Manuel Grima – Carlos Muggeri – Agrupación
Sudeste – Inviernos 2021
[1] https://www.conclusion.com.ar/politica/economia/con-los-impuestos-que-no-se-cobran-por-contrabando-se-podria-pagar-la-deuda-con-el-fmi/03/2021/