Daniel María Cazón: a 142 años de su paso a la Historia

Daniel María Cazón nació en Buenos Aires en 1826. Pertenecía a una distinguida familia con reconocimiento social. De sólida formación moral, desde muy joven se lanzó a la lucha en defensa de sus ideales.

Estudió abogacía, recibiéndose de Doctor en Leyes. Ejerció su profesión y ocupó importantes cargos públicos en los que sobresalió por su oratoria. Magistrado, catedrático en la Facultad de Derecho, Diputado en la Legislatura, Senador de la Provincia de Buenos Aires y  miembro de dos Asambleas Constituyentes.

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Desarrolló veinticinco años de vida pública, plena de trabajos y satisfacciones. La trayectoria de su vida fue plena en virtudes y principios morales.

En 1850, el doctor Daniel María Cazón se casó con Aureliana Sacriste. Los Sacriste fueron descendientes de los Almagro y sus ascendientes actuaron en la Corte de los Virreyes, siendo el abuelo de Aureliana consejero del Marqués Rafael de Sobremonte.

El joven matrimonio llegó a Las Conchas (hoy partido de Tigre) y se afincaron en una humilde vivienda en la calle Liniers 924, cercana a la finca de Martín José Goyechea (hoy Museo de la Reconquista). En 1852 se alistó como soldado en el sitio protagonizado por el Coronel Lagos en adhesión al Acuerdo de San Nicolás.

En 1869 siendo Juez de Paz Manuel Brid, el gobierno aprueba la elección del Dr. Cazón como municipal, ya que en esa época el gobierno municipal era ejercido por un Juez de Paz y cinco municipales de acuerdo a la ley del 16 de octubre de 1854. Fue Municipal en 1869 y reelecto 1871.

Durante su gestión dio gran impulso a la educación, acordando subvenciones para distribuir entre los establecimientos educativos de la época. Extendió el alumbrado, mejoró las calles y caminos, construyó desagües y plantó arboledas.

Durante la epidemia de fiebre amarilla (1871) el Dr. Cazón y su esposa fueron de gran ayuda para el pueblo y brindaron a los enfermos todo tipo de atención que fuera necesaria.

En 1872 se radicó en Perú 323 de Capital Federal y allí se dedicó por entero a su profesión.

Por su excelente desempeño, por su serenidad y honestidad es elegido miembro de la Comisión encargada de rever el Código Penal.

Como descanso de su activa vida pública vuelve a su casa de descanso en Tigre, realizando interesantes tertulias a las que concurren vecinos que hoy dan sus nombres a calles de nuestra ciudad: Alcorta, Martinez, Rocha, Dolz, Magesté, Romero, Vivanco, Lacasa, Milberg y Oliveira Cezar.

En 1874 Daniel María Cazón estaba en la cumbre de su vida política, desempeñándose en importantes puestos: Juez de Primera Instancia en lo Civil, luego de la batalla de Caseros, diputado de la Legislatura porteña, cargo en el que recibió el aval de una reelección; senador provincial de Buenos Aires, también fue convencional. Diputado al Congreso Nacional por el Centro Popular, Presidente del Comité revolucionario. También fue Doctor en jurisprudencia, Miembro del Consejo de Instrucción Pública e integró también el Consejo Directivo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, además de desarrollar actividad periodística.

En las Conchas (Tigre) fue designado Municipal de Instrucción Pública cuando aún no era necesario tener residencia permanente en el partido.

Fue un hombre de gran cultura y talento realizó una tarea infatigable.

Su esposa  lo acompañó con amor y vocación colaborando dentro de la Sociedad de Beneficencia. Fue Inspectora de Escuelas y ayudó a los isleños cuando fueron afectados por las crecientes.

A principios de 1878 los vecinos le manifestaron su preocupación por el estado de las calles y él colaboró con una colecta para mejorar el estado de las mismas.

Luego de una prolongada enfermedad, el 28 de junio de 1878 falleció a los 52 años. A su sepelio acudieron distinguidas personalidades, funcionario, colegas, comerciantes y gente de su pago. Hablaron en su despedida los doctores Quirno Costa, Cantilo, Terry, Saldías y Ezcurra.

El diario “La Nación”  en su edición del 28 de junio de 1878 expresa en sus páginas: “El Dr. Cazón deja empero una familia rica, sus virtudes, sus servicios y con sus ejemplos dignos de imitarse por los que profesan el culto sagrado de la Patria y tributan desinteresado culto a la moral pública y privada y esta es la más noble herencia que un hombre puede legar a su patria y a sus hijos… su mérito está en su virtud nativa, en su elevación moral, en carácter noble y austero, en las cualidades modestas que lo distinguen como hombre y como ciudadano…”

El Dr. Cantilo expresó el día de su muerte: “su vida ha sido de esos árboles seculares que en los días de las grandes tormentas resisten sin doblegarse al furor de los elementos, y en las horas plácidas del estío prestan sombra bienhechora al caminante”.

Que su vida y trabajo sean ejemplo para todos aquellos que tienen la responsabilidad de dirigir los destinos de nuestro amado Tigre.

Este trabajo fue realizado con la recopilación de diversos artículos sobre la biografía de Daniel María Cazón.

Por Diego Urrere Pon, vecino de Rincón de Milberg.