Por Lisandro Lanzón*
Ninguna otra actividad en la vida adulta influye tanto en la calidad de vida como el trabajo. El trabajo organiza, motiva y da identidad a las personas. A través del trabajo, los individuos se integran como sujetos activos en una comunidad basada en el valor del esfuerzo y la generación de oportunidades para el desarrollo.
Para que el trabajo sea realmente una herramienta de progreso, es indispensable contar con una macroeconomía ordenada y un marco institucional que promueva relaciones laborales justas, sostenibles y modernas. Sin estas condiciones, la defensa del trabajador pierde sentido práctico y se convierte en una consigna sin contenido.
Durante años, se consolidaron enfoques que, con la intención de proteger, muchas veces terminaron afectando a quienes trabajan, desincentivando la inversión y la creación de empleo productivo. Superar esas limitaciones requiere una nueva mirada que impulse el crecimiento y el dinamismo del sector privado, en donde se genera la mayor parte del empleo en nuestro país.
Según el INDEC, en el cuarto trimestre de 2023 la tasa de informalidad laboral alcanzó el 45,3% entre los asalariados, lo que refleja una debilidad estructural del mercado de trabajo argentino: casi uno de cada dos trabajadores no accede a derechos básicos como la seguridad social o aportes jujubilatoriosCuidar el trabajo, entonces, también implica formalizar, modernizar y dinamizar el empleo.
En ese sentido, el presidente Javier Milei expresa la idea que cuando se libera la economía y se eliminan trabas, florece la producción, el empleo y el progreso. Es esta idea la que sintetiza una visión donde cuidar el trabajo es liberar las fuerzas del sector productivo para que puedan generar empleo genuino y sostenible.
Defender un modelo económico basado en la libertad, la responsabilidad fiscal y la simplificación normativa es también cuidar el trabajo. Esto implica apoyar a quienes producen valor: emprendedores, empresas y trabajadores comprometidos con una economía más potente y moderna.
Ordenar las cuentas públicas, reducir la inflación y eliminar regulaciones ineficientes son pasos fundamentales para que Argentina recupere su potencial. Y, en ese camino, las reformas laboral y previsional deben debatirse con responsabilidad y espíritu de construcción colectiva.
El trabajo no se cuida protegiendo a las castas sindicales y empresarias sino terminando con las prebendas y curros. Trabajadores y empleadores, gobierno y oposición, cada uno desde su rol, tenemos la responsabilidad de cuidar el trabajo, promover la producción y construir juntos una Argentina de crecimiento y oportunidades.
*Lisandro Lanzón – Concejal La Libertad Avanza Tigre