Conversación entre peronistas

Es una vivencia emocional potente “en trabajo” y “en lucha” que se hizo, se hace, como tantas veces, al Grito de “Viva Perón” como en Rincón de Milberg; esa vez las voces fueron de dos jóvenes, de dos peronistas de 22 y 24 años: Manuel Belloni y Diego Frondizi abatidos por el régimen dictatorial.  Tigre 8/03/1971

Nuestros errores son los portales del descubrimiento.  Ishiguro Kazuo. 2021

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No me gusta que lo “maravilloso” nos sea impuesto por decreto; también a veces, quiero que esa experiencia se deslice en lo cotidiano sin que el autor me advierta de su acción y así, nosotros, evitando saber de las condiciones del origen de nuestra experiencia, podríamos fantasear que es autogestiva, y postergar el agradecimiento necesario, que cierta ética ubica en las relaciones interpersonales e institucionales. Los políticos, con sus armas y bagajes, tratan a veces de mantenerse a distancia a esa lógica del agradecimiento aparentemente habitual y profunda. Ser respetuoso, explícitamente, sin esperar que llegue el día del juicio final, para ponerlo en práctica es una manifestación de cordura: ¡Difícil práctica es la de tener un juicio justo y agradecer en tiempo y forma!

Para el ciudadano de a pie, como vos y yo, las experiencias compartidas –¿hay otras? – reparadoras van creando un de re.unidad. Un “algo” interior que podría denominarse la experiencia de “unidad”; a veces cercana a la amistad y al enamoramiento. Esto se aprende de sí mismo y del otro, a través del encuentro y la simpatía primaria en cada intento de comunicación. Un líder político también es capaz de producir y valorar esos vínculos recibiendo con sensibilidad y racionalidad las proyecciones deseantes y de necesidad de los ciudadanos, y puede invitar a todos y todas a desarrollar una conceptualización de esa experiencia; desplegar en la mesa compartida de todos los días, la búsqueda de sentido en lo que hay de íntimo y social en la con.versacion política. Pero, hay políticos incapaces en utilizar su función de comprensión y eligen manipular esos cuerpos deseantes, dejándolos con la sensación que la experiencia es basura y deshecho transformándolos en zombis, queda cada uno en una situación individual de “pánico sin nombre”. Desde esta “mierda” surge el odio listo para ser evacuado.  Ese ciudadano es transformado en un ser humano privado de la capacidad de entender su contexto, de hacer relaciones; condenado a sobrevivir en el fracaso individualista y no poder beneficiarse de iniciativas tácticas y estratégicas en el conjunto social económico: el Otro es su rival, enemigo y causa de su sufrimiento y fracasos.

 A través de los titulares y los zócalos de la vida cotidiana el ciudadano acumula “hechos”, e intentando evitar la frustración se sumerge en lograr medios mágicos para evacuarlos con “gatillo fácil” tratando de huir de la indignación, fogoneada por los medios de comunicación y políticos envenenadores. Abandona la construcción de experiencias interpersonales subjetivante desde su vida cotidiana. Rechaza una exploración detallada de los propios pensamientos y sentimientos. Los “hechos” son de origen casi exclusivamente desde aquellas sensaciones producidas artificialmente por los medios y la propaganda. El es urgido de expulsar de si mismo, el núcleo de malestar crónico incrustado de fragmentos bizarros, tomados de esas tapas de diarios y zócalos que, raudamente y repetidamente, indican cual es el “núcleo” única causa de sus males. Su participación política se reduce al simplista “LIKE” antidemocrático y de expresiones antiperonistas.

Los titulares y zócalos con sus imágenes, se inmiscuyen en la percepción corporal del dolor y la angustia: estimula una conducta imperiosa de descarga física con la falsa promesa de alivio inmediato: llevando al fracaso y aumentar las descargas motoras “cuentapropistas” y al fanatismo.

El macrismo ha perseguido, encarcelado, ocultado, la posibilidad que las propuestas/personas/ideas/objetos (ej. Vacunas, jueces, inflación, precios cuidados, etc.) circulen en libertad, impidiendo su aparición y dar posibilidad a la gestión de alternativas realistas para la satisfacción popular.

Para el neoliberalismo racista patriarcal, todos los presidentes son “blandos” los unos y “yeguas las otras; ataca a cualquier presidente que no sea su empleado. Hoy tenemos un presidente con una naturaleza sensible, racional y por tanto más imaginativa de lo habitual. Construye los tiempos en conversación, con personas versadas, que saben de lo que se trata la política popular: memoria, atención, vínculo solidario, gestión, respeto a la Ley. Es la línea del “hagan lo que tienen que hacer” 03/2021. El Dr. Fernández se mueve en espacios distintos a la tercera ley de física de Newton -1687-. Lejos de aquellos que hacen “política” con el diario del lunes que no entienden como el presidente gestiona sus propuestas democráticamente en el territorio de argentinos y argentinas del siglo XXI. El pasado nostálgico, de muchos ya no sirve como modelo a copiar. Ni de prepo ni a espaldas del pueblo.  Con democracia, se aprende, se educa, se sana…. se lucha para realizar el bienestar popular en el contexto presente.

Conversamos entre peronistas para recordar los apotegmas y los núcleos políticos paradigmáticos del 45, del 72 o del 2003 y 2008 y desde ahí hacer las propuestas del siglo XXI. En esos periodos hubo incertidumbres, hechos, realizaciones y consignas que fueron tomando y dando tono a conceptos que se transformaron en políticas. Estas últimas, reunidas a modo de “doctrina”- ideas firmes-, son el resultado de la articulación de elementos emocionales e idiosincráticos del pueblo: un modo de democracia cotidiana en construcción, enfrentando a fanatismos de ultraderecha y “opositores” políticos asesinos de viejos y trabajadores (¡los que se tengan que morir!)

El Poder Ejecutivo, con su estilo propone versiones y prácticas de aquellas concepciones peronistas, que mejor pueden transformar la realidad en el contexto latinoamericano actual;  no se oculta al pueblo como se piensan los problemas y como lograr su transformación en un tiempo y un espacio compartido, no “cae” en propuestas mágicas ni autoritarias; es una política revolucionaria que desarticula a los reaccionarios y sus “diagnósticos apocalípticos del minuto a minuto” que se vomitan para impedir transformar la realidad.

El “pensamiento vacío” macrista, impuesto de modo insano, reiterado, repetitivo en su fracaso, se mantiene con frases de marketing sin contenido, intentando manipular el odio exacerbado para descoyuntar el tejido social de Argentina. Su núcleo rojo es la mediocridad reaccionaria enemiga de convivir en Democracia con justicia social y en República. La misión es destruir los vínculos solidarios haciendo creer que el objetivo de cada cual es creerse un Superman meritocrático estrellado de codicia.

Esta preconcepción crónica macrista es el parche imaginario infantil que, por la falta de contenidos políticos, intoxica toda la comunicación con relatos imaginarios que obstruyen la posibilidad de entrarle al laberinto personal-colectivo argentino y resolverlo.

El peronismo resulta ser la construcción continua de “acontecimiento, y sus efectos duraderos rizomáticos van surgiendo de la “experiencia de la calle” del pueblo en marcha, que siempre fue y es la escuela, el hospital, la fábrica, la vivienda, el juego, la lectura, la cooperativa, los proyectos científicos multidisciplinarios etc. Esa práctica comunitaria, insiste siempre en conversar, en líneas y entrelineas, como modo de construcción política, para ir achicando el “malestar de la vida cotidiana” de las mayorías y las minorías democráticas.

 El pueblo trabajador hizo, hace, a través del contacto interpersonal experiencias, pensamientos y conocimientos fundantes de su subjetividad. Puede construir tiempos y espacios históricos de realización de largo aliento; como la revolución sanitaria ideada y ejecutada por el Dr. Ramon Carrillo durante el primer Gobierno de Perón, que no tiene parangón hasta nuestros días. Y también es una vivencia emocional potente “en trabajo” y “en lucha”, que se hizo, se hace, como tantas veces, al grito de “Viva Perón” como el 8/03/71 en Rincón de Milberg, Tigre; esa vez las voces fueron de dos jóvenes, de dos peronistas de 22 y 24 años: Manuel y Diego, abatidos por el régimen dictatorial de esos años. Aquel grito revolucionario, material, conceptual, humanista surgió y se trasmite en la experiencia política popular que desea que la justicia social sea realidad efectiva en este presente.

Por Ricardo Arias – Agrupación Sudeste – Verano 2021