Contraofensiva de justicia

Mi venganza personal será el derecho
/de tus hijos a la escuela y a las flores.
/Mi venganza personal será entregarte
/este canto florecido sin temores.
/Mi venganza personal será mostrarte
/la bondad que hay en los ojos de mi Pueblo.
/Implacable en el combate siempre ha sido
/y el más firme y generoso en la victoria.
/Mi venganza personal será decirte:
/¡buenos días!, sin mendigos en las calles.
/Cuando en vez de encarcelarte te proponga
/te sacudas la tristeza de los ojos.
/Cuando vos, aplicador de la tortura,
/ya no puedas levantar ni la mirada.
/Mi venganza personal será entregarte
/estas manos que una vez vos maltrataste,
/sin lograr que abandonaran la ternura.
/Y es que el pueblo fue el que más te odió,
/cuando el canto fue lenguaje de violencia.
/Pero el pueblo hoy, bajo de su piel
/rojo y negro tiene erguido el corazón.

Luis Enrique Mejía Godoy. Nicaragua

Hoy se conoció la sentencia a los genocidas del juicio por la contraofensiva.

Cárcel común y perpetua para ellos. Como debe ser.

brickel

Memoria, verdad y justicia.

Nunca venganza.

Las madres, abuelas e hijxs nos enseñaron ese contrato.

El alegato del abogado de la querella, Pablo Llonto será un material imperecedero qué será (o debería ser), material obligatorio de estudio en todas las facultades de derecho. En todas las facultades de historia, de periodismo, de política. En todas las cátedras de derechos humanos. Se consigue en los medios masivos. Son varias horas. Es imperdible.

Llonto despliega un conocimiento minucioso de la situación. De cada historia particular. Pero también de la realidad social, económica, política de nuestro país en esas épocas.

Logra demostrar no solo que los acusados son genocidas. Qué hubo un plan sistemático. Que hubo una “inteligencia” de premeditación y alevosía. Demostró que los y las compañeros y compañeras vinieron a defender la patria. Demostró el plan de destrucción del entramado social, económico, laboral, histórico, y ético nacional urdido por los poderes de siempre y ejecutado por los verdugos. Y demostró que, estando el derecho a la defensa de parte de los pueblos consagrado en la constitución, la contraofensiva no fue otra cosa que un intento desesperado por salvar lo que todavía quedaba de esa patria desguazada. Y allí radica su mayor valor, la búsqueda de hacer valer el derecho a defender la patria cuando está en peligro. Porque el padre de la patria enseñó que “Cuando la patria está en peligro todo está permitido, excepto no defenderla”.

Es una obra de arte lo de Llonto. ¡Gracias Pablo!

Hemos aprendido en estos años que el contrato tácito que firmamos como pueblo excluye la violencia como método para resolver nuestros conflictos. Bien por eso.

Ojalá podamos reconocer en nosotros y nosotras ante los hechos de hoy (Vicentin, cuenca del Paraná, modelo extractivista, fuga de divisas y tantos etcéteras) la enseñanza de que lo que no está permitido es no defender la patria. No defendernos. Qué bueno sería.

Sirva esta emoción con la que se escriben estas líneas, aprovechando la soledad de la cocina nocturna con la familia ya descansando, para homenajear a esa generación que se jugó el todo por el todo por una patria libre, justa y soberana.

Volvemos a gritar ¡¡¡presente!!! Por ellos y ellas.

Hagámoslo por nosotros y nosotras también en este presente. Presentes para defender nuestros intereses, nuestra historia, presente y futuro.

Para que reine en el pueblo el amor y la igualdad.

Por Carlos Javier Muggeri – Alba Fiorito – Agrupación Sudeste – Otoño del 2021.