La Pandemia mundial trastocó las vidas de la población mundial, y Argentina no podía ser la excepción en vista que siempre queremos ser superior en todo.
Una cuarentena eterna, un Gobierno polémico a la hora de conseguir las vacunas, el trastoque de una economía en ruinas, nuevamente el Gobierno polemizando por las vacunas, las clases suspendidas, otra vez la falta de vacunas, esta vez para docentes, innumerables comercios cerrados, fiestas en el seno del Poder, y otra vez las vacunas, esta vez para los chicos.
Y el mundo se organizó, se vacunó y continuó educándose, pero nosotros no. No pudimos organizarnos, continuamos mendigando vacunas y como frutilla del postre, será el segundo año consecutivo que el siga, siga ¡¡¡ del fútbol lo pasamos a las escuelas.
Un Ministerio de Educación, sin escuelas, sabían no?. El Ministerio no tiene bajo su orbita ninguna escuela del País, ya que las mismas responden a las Jurisdicciones, gracias a la reforma Educativa que supimos conseguir.
Volviendo a lo importante, por segundo año el Ministerio decide que los alumnos pasen de año sin marcado esfuerzo. Debemos ser “contemplativos”, fue la respuesta oficial.
Y si señores, los Argentinos somos contemplativos. Contemplamos como la educación se deteriora a pasos agigantados, contemplamos la falta de respeto al docente, contemplamos a docentes sin vocación de servicio, contemplamos un canal estatal que es vergüenza ajena a la hora de intentar poner al aire un programa sobre educación, con pseudo docentes que necesitan una calculadora para hacer una suma de tres dígitos, no pudiendo hacer otra cosa que programas de tinte político y adoctrinamiento permanente. Contemplamos a docentes que inculcan el odio al que piensa diferente al gobierno que defienden, y terminan a los gritos y enajenados en una clase de secundario.
Contemplamos como a nivel internacional la evaluación de la educación Argentina cae en escalones nunca antes visto, contemplamos a un Presidente que menosprecia al Ministro de Educación, un Ministro que renuncia por cuestiones políticas partidarias.
Señores, somos contemplativos no cabe duda. La pregunta es si en algún momento podríamos llegar a “contemplar” que el futuro no nos va a esperar, que las oportunidades para los chicos que en 2020 y 2021 se les regaló la promoción, también se les escapan en un mundo que continuó mientras nosotros no solo nos quedamos, sino que retrocedimos.
Una oportunidad diminuta pueden tener aquellos alumnos que en 2020 estaban a uno o dos años de terminar su primaria y mucho menor aquellos que terminaban sus secundario, teniendo en cuenta que las universidades seguro no son contemplativas.
Aquellos que pasamos por la facultad sabemos que ningún profesor te va a explicar algo que debiste ver en el secundario, eso es real y creo que correcto. Pero parece que ese punto no fue “contemplado” por quienes deciden desde un “Ministerio sin Escuelas” como continuar.
Y no confundan trayendo el discurso fácil de “oportunidades para todos” o de igualdad, ya que a futuro esos alumnos que se les regaló la nota o el año escolar verán vedada su oportunidad de mayor conocimiento y allí si será desigual.
Que el Gobierno no haga creer en esto también que la cosa es “gratis”, nada es gratis, alguien lo paga, y en este caso, silenciosamente lo pagan nuestros hijos. Dejemos de contemplar.
Por Adrián Rivera – Profesor Nacional de Educación Fisica – Consejero Escolar deTigre.