Consecuencias y efectos de (no) Leer a Perón

En aquellos países que han encontrado el desarrollo en el capitalismo tardío (los tigres asiáticos) el rol del Estado fue central y el control del comercio exterior fundante del mismo.

Aquí, ya al inicio de 1946, Miguel Miranda (presidente del BCRA), en carta dirigida al ministro de Hacienda coronel (R) Avalos decía: “…no parece prudente suprimir la acción de promoción del intercambio; se piensa, por el contrario, en la necesidad de coordinar esa acción en forma orgánica y práctica, de manera que asegure positivos beneficios a la economía nacional, sirviendo para respaldar, tanto a los productores agrarios cuanto, a los industriales, de toda perturbación del mercado… La conquista de nuevos mercados y el afianzamiento de los ya logrados, así como la provisión regular de materias primas y equipos que aseguren el desarrollo nacional de la economía del país, justifican asimismo una acción permanente de promoción del intercambio”

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En ese contexto se creó el IAPI por decreto 15.350 del 28 de mayo de 1946, que, si bien fue firmado por el presidente Farell, formaba parte del conjunto de medidas que el coronel Perón y su equipo de asesores habían proyectado. Asimismo, por decreto 8.503 del 25 de marzo de 1946 se nacionalizó el Banco Central de la República Argentina que en adelante funcionó como entidad autárquica. Con estas dos resoluciones el nuevo gobierno pudo poner en ejecución su política económica, pasando a controlar –directa e indirectamente– la producción total del país y el ahorro nacional. Queda claro que este ejercicio de soberanía se dirigió a reducir las posibilidades de emergencia de crisis del sector externo fogoneada por la lógica del mercado en un mundo de post guerra en el cual los países centrales llevaban la delantera en producción y comercialización.

En el día de ayer AF designó a Ariel Sujarchuk como titular del ente de control del Río Paraná. Decenas de estudios sobre la etapa menemista dan cuenta del fracaso de estas instituciones en sus tareas de control y a nivel de la vida cotidiana se le puede preguntar a cualquier ciudadano por su experiencia con los entes de control (Reclamos por los servicios eléctricos, de comunicaciones, de transporte, etc.). Estos dispositivos solo han sido útiles en el mejor de los casos para dar trabajo, y en el peor para engrosar los bolsillos de quienes han estado a cargo de los mismos. El Rio Paraná no debe ser privatizado y esa licitación nunca debe concretarse. No se puede resignar la soberanía sobre nuestro territorio y entregársela al mercado. No podemos entregar el Rio como deseaban que lo hiciéramos los ingleses y franceses en el siglo XIX cuando fueron frenados en la vuelta de obligado. ¿Qué diferencia hay entre la privatización de la costanera del Rio de la Plata llevada adelante por Larreta y la entrega del Rio Paraná y los puertos a Cargill, Nidera o Bunge y Born? En aquellos países que han encontrado el desarrollo en el capitalismo tardío (los tigres asiáticos) el rol del Estado fue central y el control del comercio exterior fundante del mismo. Tal, vez hayan leído algo sobre el peronismo y Perón, nuestros gobernantes podrían hacer lo mismo, ¿No? Digo nomás.

Por José Manuel Grima – Mariano Añon- Agrupación Sudeste – primavera 2021