Con los Datos los que mueren son los Relatos

Algo que escribí para pensar juntos sobre todo esto por lo que estamos pasando…

La “tasa de mortalidad” es el dato duro por el cual una debe hacer un seguimiento de la efectividad de las medidas tomadas y obviamente ver la evolución de la pandemia en las distintas regiones. Con esto quiero decir que el número de contagios no es un punto de comparación fidedigno, ya que cada país tiene sus propios protocolos. Pero una muerte es una muerte en todos lados (o así debería serlo)

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Por eso es que desde ese lugar, es que me pregunto si podemos realmente comparar la mortalidad por millón de habitantes en Argentina contra el mismo dato en España, por citar un país con varias ciudades grandes similares a CABA, en cuanto densidad poblacional. Y eso me lo pregunto porque el dato por millón en Argentina está diluido, a diferencia de España. Digo esto porque en nuestro país tenemos una diferencia notoria entre lo que es el conglomerado urbano de la zona AMBA, contra el resto de nuestro territorio. En cambio, España tiene “muchas AMBAS”.

Argentina tiene una densidad poblacional de 16 hab/km2 y España de 93 hab/km2.

Entendiendo entonces que una enfermedad infecto contagiosa como esta, tiene una impacto mayor en conglomerados urbanos populoso, me parece que sería óptimo llevar la comparación de la efectividad de las estrategias hacia estas zonas, y así podríamos comparar CABA (15.000 h/km2) con Barcelona (16.000 h/km2) por ej. Dos zonas con densidades poblacionales similares como vemos.

Por qué digo esto? Porque la densidad poblacional y, por consiguiente la mayor tasa contagios y así la mortalidad, nosotros la tenemos concentrada en AMBA (y el 50% de esta en Caba para ser esquemáticos). Desde ese lugar, la mortalidad por millón en Caba sería más comparable – y cercana – a la de Barcelona, que la de Argentina a la de España.

El número que tenemos de estos dos lugares es 229 muertes x millón en Caba y 753 m/millón en Cataluña (no encontré el dato aislado de Barcelona, pero Bacerlona es la zona más populosa de Cataluña y corresponde a 2/3 del territorio). Este dato contrasta con el agregado de país de 32 contra 573 (muertos/millón) de Argentina y España respectivamente.
En el primer caso el dato tiene una diferencia de x3.28 veces (probablemente menos si tuviésemos el dato concreto de Barcelona) , contra x47 veces si comparamos el dato país.

Obviamente que sigue siendo mayor el de España, vertiginosamente más alto. Pero la diferencia se achica drasticamenente al comparar conglomerados urbanos “similares” (Caba vs Cataluña – Barcelona – )

Que quiero decir con esto? Que no veo una diferencia tan abrumadora en los datos de Caba vs Barcelona, habiendo tomado nosotros medidas tempranas (y oportunas) a diferencia de ellos, que dilataron muchísimo las medidas de aislamiento. Pero ahora, a pesar de esto, ellos están en una situación de flexibilizacion mucho más amplia que la nuestra.

Desde este lugar es que me pregunto si la cuarentena estricta en esta instancia actual es realmente tan “útil” ya que la diferencia como vemos no es tan marcada en cuanto a mortalidad entre ambas ciudades.

Si tuviésemos la mortalidad de Barcelona en este momento, el dato de mortalidad total en Caba sería de aproximadamente de 2 mil personas en vez de 687. Obviamente que cada muerte cuenta, y mucho para cada familia y persona que pierde a un ser querido, pero también lo es para el que pierde su empleo, negocio y la salud por todo esto (recordemos que la Salud es un estado de bienestar biopsicosocial, y no sólo la ausencia de enfermedad – o sea, no es todo Vida o Muerte)

Pero si Caba no puede manejar, entre el sistema público y privado, 2.000 muertes en un trimestre, mejor guardémonos para siempre.

Y a diferencia de Barcelona, nosotros tomamos las medidas a tiempo.

Y por último, esto me lleva a una reflexión que quisiera compartir, parafraseando a un gran profesor: “Si no podemos mejorar la hipocresía, digamos la verdad”.

Creo que estamos en una suerte de hipocresía constante de la cual no nos animamos a salir. Nunca tuvimos un sistema de salud para contener las enfermedades típicas estacionales, y ahora no nos animamos a terminar con una medida que dio buenos resultados al principio para contener la pandemia – y tantas otras muertes evitables – , que nos permitió ampliar un sistema de salud (en la cual ningún gobierno invirtió realmente lo que debía), pero que ya tiene que dar paso a la realidad (después de observar el dato diferencial entre Caba y Barcelona), y tendríamos que rescatar lo bien que hizo el Gobierno Nacional a la cabeza, con el acompañamiento de las distintas provincias y ciudades (tomando medidas a tiempo, ampliando el sistema de salud, dando relevancia en la coordinación y la rectoria de un Ministerio de Salud, generando protocolos, etc) y avanzar de verdad y sin miedo, hacia instancias y “fases” saludables con medidas superadoras e innovadoras que como sociedad somos capaces de dar.

Veamos realmente los Datos que hay que ver. No creo que haya mala intención de parte de los involucrados en la toma de decisiones actuales, ni quisiera estar en sus zapatos. Pero creo realmente que hay que ampliar la mirada y abandonar el encarnizamiento terapéutico en la que tantas veces nos vemos tentados a caer los médicos, con la mirada puesta en “salvar” al paciente, sin tener en cuenta nada más que nuestra propia soberbia (inconsciente) de pensar que podemos salvar a todos/as, sin pensar en el sufrimiento de este y su familia. Desde chicos nos enseñan a pensar y a jugar a ser un dios. Y Lejos, muy lejos estamos de eso.
Con los Datos los que mueren son los Relatos.

Por Dr. Santiago Tomas Iglesias