Comerciante intento pagar un préstamo al Banco Nación con ropa

Tras una carta documento de la entidad de Pilar,  intimándolo a pagar en 48 horas los meses de febrero, marzo, abril y mayo de un préstamo que se le había otorgado como emprendedor el vecino Martin Althaparro, comerciante de Tortuguitas, quien es titular de un pequeño comercio de venta minorista de indumentaria, llevo ropa en bolsas para pagar las cuotas.

Obviamente el pago no fue tomado por parte de la entidad Bancaria pese a que el personal laboral se mostró comprensivo con la propuesta. El joven Martín Althaparro se hizo presente dentro del plazo de las 48 hs en la que se lo había intimado a regularizar su situación. En conversación con NorteOnline manifestó: “fue esta la única manera que encontré para mostrar mi intención de pago, dado que el lucro cesante de la actividad no había sido contemplado por nadie”. Además, nos pudo brindar detalles de todos los daños y perjuicios morales que le habían ocasionado las medidas de prohibiciones para trabajar en su rubro y la pérdida casi total de su capital de trabajo además de un tendal de cheques caídos.

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El vecino se mostró muy afectado por esta carta documento que calificó como intimidatoria y maliciosa, la cual, según sus palabras, se contradice con los anuncios publicitados por las autoridades del Banco Central y de la Presidencia de la Nación.

También manifestó que considera que todos los que son intimados a pagar prestamos y que paralelamente se les prohíbe trabajar y circular libremente deben dejar constancia de su intención de pago, yendo con su uniforme de trabajo, su libreta o su mercadería “porque cuando esto se termine nos van a quedar las penas y las deudas y las vaquitas siguen siendo de ellos”.

“Lamento mucho la inconsistencia del Gobierno sobre lo dicho y lo hecho, creo que muchos confiamos que iba a haber un cambio en favor de la gente, de la producción, del trabajo y más allá de esta situación solo vemos anuncios que rara vez se cumplen. Por dar un ejemplo, recién para venir tuve que pagar peaje, entonces me pregunto ¿ Cobrar peaje es una actividad esencial y vender vestimenta, abrigos no lo es? Otro ejemplo: Edenor que computa las facturas de los comercios tomando de referencia el año pasado aunque estén cerrados ¿Eso no lo sabe el Gobierno? Otro ejemplo la moratorias de AFIP y los débitos de Ingresos Brutos que lo siguen cobrando aunque no tengamos ningún ingreso por nuestra actividad, inclusive el impuesto al cheque sobre los rechazados, es todo muy frustrante para el trabajador independiente”.

Por último nos confesó: “Todo me resulta muy raro y angustiante, porque seguimos llenos de obligaciones y con muchas restricciones laborales. Las tarjetas no bancarias llaman todos los días, Edenor, Posnet,  y cada acreedor. Tengo la sensación que cuando esto termine los ricos van a ser más ricos,  incluida la clase política que es la única que maneja presupuestos abultados y cobra salarios. Tengo la sensación también que los pobres vamos a ser más pobres y me incluyo porque yo no me como el verso de la clase media, fíjate que ni 70 días sin laburar nos podemos bancar. En fin, está claro, como siempre, que nuestro sustento viene de Dios, ni de nuestro mérito ni de la clase política que nos gobierna hoy, ni ayer ni antes de ayer. Algunos son más justos, otros más corruptos pero ninguno ha demostrado ser una persona guiada por la sabiduría de Dios”

“El Gobierno sigue del lado de los Banco y de sus amigos poderosos aunque digan lo contrario. No se cual es el objetivo final pero nos quieren quebrar económica y moralmente, prueba de ello son tres cosas: el no permitir la reunión familiar pero si ir a trabajar en un supermercado, no permitir hacer terapia pero si pasar por una cabina de peajes e intercambiar billetes, el no permitir a los creyentes juntarse a adorar pero si permitir que se agolpen en los Bancos. Que quede claro que no estoy en contra de la cuarentena, sino de cómo la administran en favor de ellos y de sus amigos”

Con este revés un tanto místico quedaron instaladas algunas preguntas sin fácil respuesta y unas bolsas llenas de mercadería sin vender.