“Argentina es un país independiente y soberano, que tiene y debe tener moneda propia y control sobre la misma a través de la institución monetaria adecuada; la dolarización va en contra de este principio fundamental, pero, lo que agrava la propuesta, es que está formada por un conjunto de fantasías que la tornan contraproducente y, aún más, irrealizable”, aseguró Pablo Challú, economista y ex secretario de Comercio.
Challú explicó que: “normalmente cuando el país afronta una crisis de proporciones como la que hoy estamos sufriendo, aparece la propuesta de dolarizar. Puesto en términos simples, la idea sería que el gobierno se vea obligado a equilibrar el presupuesto al no poder recurrir al BCRA ya que éste. por supuesto, no podría emitir dólares. Este hecho hace que ya no sea necesaria la existencia del BCRA. Así que, sin déficit fiscal y sin una entidad que emita dinero, la inflación, dicen, tenderá a desaparecer. A esta altura cabría preguntarse si la dolarización es la panacea que dice ser oes, más bien, una fantasía”.
“Llama la atención –continuó el economista-, que se proponga la dolarización siempre que el país padece de una aguda falta de reservas internacionales, es decir, cuando el insumo esencial de la dolarización, los dólares, resultan ser el bien más escaso. Se requieren los dólares para reemplazar los pesos que circulan en el sistema y esto no implica solamente la base monetaria, sino, la totalidad de los pasivos monetarios del BCRA, pero, además, los préstamos del sector financiero al sector privado ya que los deudores deben pagar su deuda en dólares devolviendo el total de lo adeudado, ya que, de lo contrario, los bancos estarían trabajando con encaje fraccionario, es decir estarían en condiciones de producir argendólares, lo que daría capacidad a los Gobiernos, “la clase política”, a endeudarse por encima de sus posibilidades destruyendo el objetivo último de la dolarización”
El ex secretario de Comercio, aseguró luego que: “con todo esto, digamos que se requerirían unos 40.000 M de dólares a un tipo de cambio cercano a los $400, con lo que, pensar que alguien los pondría es pura fantasía. Adicionalmente si el BCRA tuviera 40.000 millones de dólares de reserva de libre disponibilidad ¿qué eco podría tener que se propusiera invertirlas en este proyecto?”
“Pero hay más, siguió, se dice que la economía argentina se manejaría sin Banco Central cuando, en realidad, lo que habría es una sustitución: se pasaría del BCRA a la Reserva Federal de los EEUU que, así, manejaría parte sustancial de la política económica del país”
“Además, sostener que con esta medida se le pondría coto a la clase política para evitar que gastara por encima de las posibilidades es otra fantasía, porque ¿cómo se evitaría que las provincias, los municipios o, incluso el estado nacional emitiera cuasi monedas si tuvieran la intención de hacerlo?”, finalizó Challú.