Casa sucia, niño sano. Alimentación del bebe

Consideraciones para el desarrollo alimentario del bebé.

Tener un hijo implica mucho más que amor incondicional. Genera un sin fin de aprendizajes que ir incorporando día a día, a veces a una velocidad inigualablemente rápida. Y es que a la par que nuestros pequeños van creciendo también sus necesidades se van modificando y, con ello, la incorporación de nuevos hábitos y habilidades que madre y padre deben ir también aprendiendo para poder acompañarlos en su desarrollo. 

 En este paso del tiempo desde su nacimiento, los pediatras instruyen que al cumplir los seis meses el bebé se encuentra hábil para comenzar con la incorporación paulatina de alimentos, sin dejar por ello la lactancia materna, vinculada a satisfacer otras tantas necesidades.
 Seguramente su médico pediatra les dará una lista o indicaciones sobre qué y cuándo ir adicionando cada uno de los alimentos.
Generalmente se indica  incorporar una primer comida, almuerzo o cena, a los seis meses, y la segunda de ellas en el séptimo mes.
Algunos de los alimentos recomendados para ofrecer al bebé en sus primeras semanas de alimentación suelen ser las papillas de calabaza, zapallo o zanahoria bien cocidos y triturados. También es posible ofrecerles algunos frutos, de igual manera en forma de papilla, como manzana, pera, banana y hasta el jugo de media naranja. Otras comidas que se adicionan a esta lista son los cereales para bebé. Estas son simples recomendaciones, aunque bien cada familia puede optar por otras opciones que considere más propicias.
Muchos pequeños, o por decisión familiar, prefieren las comidas no trituradas, lo que se conoce como alimentación BLW (baby led weaning – alimentación complementaria autorregulada). Los bebés disfrutan manipulando los objetos alimentarios, debiéndose estar atentos los adultos, tan solo, a que puedan incorporarlos sin riesgo.
Poco a poco, cada mes, se irán incorporando distintos alimentos, y en diferente textura o preparado, hasta llegado el año en el que el niño o la niña podrán comer, prácticamente, lo mismo que el resto de la familia.
Muchos expertos coinciden en ir incorporando de a uno cada variedad de alimento para corroborar su buena digestión y que no hubiera alergias a los mismos.

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 Mientras tanto, y en estos primeros pasos en la alimentación del pequeño o la pequeña, un plato de plástico y una cuchara o tenedor blando son excelentes compañeros del momento. Y claro, una buena cantidad de baberos a mano, trapos o servilletas, siempre será necesaria. Pueden resultar muy útiles los baberos de plástico, los cuales se limpian fácilmente, por lo que es posible utilizarlos en varias oportunidades seguidas antes de que lleguen al lavarropas.
 Lo más importante es no desesperar en este increíble momento de sus hijos, y suya como padres, que más que difícil, lograr que los niños coman puede ser muy divertido. Por lo que es conveniente relajarse y disfrutar de este gran acontecimiento. Las caras de miedo, de susto, de gusto de los pequeños, así como la suciedad en las manos, la ropa y el piso son hechos más graciosos que complicados, aunque no resulte tan fácil vivirlo como leerlo. Lo más importante para el desarrollo de su hijo es poder experimentar en esta nueva etapa. Por ello, resulta sumamente interesante y positivo permitirle al bebé manipular, tocar, jugar y enchastrarse con los alimentos que le son dados. Los mismos constituirán un juego grato y apasionante por medio del cual su niño o niña descubrirá las texturas, olores y sabores de cada comida.
Es preciso pensar siempre que todo lo que se ensucia es posible de ser lavado o limpiado, pero no habrá mayor satisfacción que ver a su hijo tan feliz descubriendo un mundo enteramente nuevo para él.