Cada 30 de octubre reafirmamos el compromiso de vivir en democracia


Más de la mitad de la población argentina nació en democracia y no debió padecer el trágico periodo de nuestra historia en que no teníamos libertad para elegir a nuestros gobernantes.

Han pasado 38 años desde el retorno de la democracia y, a pesar de recurrentes crisis socio económicas y políticas, la sociedad siempre defendió la institucionalidad ante todo. Es una alegría para quienes militamos y queremos transformar la realidad el saber que Argentina es un país en el que la democracia es la manera en que todos y todas queremos vivir.

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El 30 de octubre de 1983 la Argentina volvía a elegir a un presidente tras décadas de proscripciones, golpes de estado y gobiernos de facto. Esa gran jornada democrática concluyó con el electo Raúl Alfonsín vociferándole a una repleta Plaza de Mayo: “Es necesario, absolutamente necesario que todos comprendamos que este día en el que inauguramos una etapa nueva en la Argentina, inauguramos inauguramos un largo período de paz y de prosperidad y de respeto por la dignidad del hombre y de los argentinos”. Y así lo hemos hecho desde entonces, con una democracia plena y firme que sigue adelante hasta este día.

Vivir en democracia implica nuestro derecho a elegir libremente a nuestros representantes defendiendo la soberanía del pueblo. La vuelta de la democracia a nuestro país, permitió recuperar la posibilidad de hacer valer las libertades públicas, el legítimo derecho a la participación ciudadana, el ejercicio de nuestra Constitución y, principalmente, garantizar y promover el ejercicio de los derechos humanos.

A casi 4 décadas de aquel día, han pasado gobierno de todos los partidos, colores e ideologías. Mejores y peores. Cercanos al pueblo o cercanos a intereses minoritarios. Que le dieron un rol preponderante al Estado o que dejaron la suerte librada en manos del mercado. Pero sin duda todos levantaron la bandera de la democracia como institución última e intocable para definir los destinos de la patria. Cómo una política de Estado que está más allá de cualquier grieta.

Es cierto que toda la dirigencia política sigue con una gran deuda social y económica con la ciudadanía. Que queda por delante el desarrollo sustentable e inclusivo del país, la eliminación de la pobreza y los derechos plenos para todas las minorías. Pero festejamos que este 30 de octubre y cada año que pasa reafirmamos el compromiso de vivir en democracia.

Por Rodrigo Alvarez – Concejal FR Tigre – Vicepresidente ADIF