Belgrano trasciende su contribución para conformar los símbolos nacionales

Este 20 de junio conmemoramos 200 años del paso a la inmortalidad del General Manuel Belgrano. Un héroe indiscutible de nuestra historia, que con firme convicción patriótica y de manera incansable, se puso al servicio de la emancipación y progreso de nuestra Nación. Mismo héroe de la Patria que nos legó la bandera nacional y que por eso, cada 20 de junio celebramos el día de nuestro símbolo patrio.

En un momento como este, de particular incerteza y dificultad para nuestro País, quiero reivindicar los valores y principios que inspiraron a Belgrano en la hazaña patriótica. Los ideales de un hombre, que, sin necesidad de hacerlo, lo dio todo para alcanzar la libertad y la consolidación nacional.

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El legado de Manuel Belgrano trasciende su contribución para conformar los símbolos nacionales. Nos deja un pensamiento económico para el fomento de la agricultura y el ánimo de la industria. Una figura activa en la Revolución, que alentó la transformación política del Virreinato, vocal de la Primera Junta de Gobierno y participante activo del Congreso de 1816. Un hombre, que, sin carrera militar, empuñó las armas para la gesta militar libertadora al frente del Ejercito del Norte. Fue además un férreo promotor del periodismo y de la libertad de prensa, entendiéndola como un “antídoto contra la tiranía” y que militó sus ideas a través de ella, como lo hizo en Telégrafo Mercantil y el Semanario de Agricultura.

Dentro de su amplia y trascendente participación en nuestra historia, estos son tan solo algunos aportes que no puedo dejar de rescatar. Una breve revisión nos invita a no abandonar jamás las causas en las que creemos, menos cuando estas implican postulados tan altos como puede ser la libertad; y a contagiarnos también de la misma vocación y compromiso que mantuvo nuestro prócer. El contexto nos exige ciudadanos y dirigentes participativos, dispuestos a aportar nuestro conocimiento, ingenio y esfuerzo para salir de la dificultad, a la vez que nos requiere atentos y exigentes para evitar los excesos de poder y la demagogia.

En esta fecha, rescato el espíritu activo de Manuel Belgrano y su vocación por construir una Nación justa, próspera y libre, queriendo que estos ideales no mueran con él, sino que se mantenga mas vivos que nunca y extendiéndose a la sociedad toda.

Por Rosalia Fucello- Concejal San Isidro