Arraigo y Federalismo

FEDERALISMO Y ARRAIGO Federalizar comprende una acción abarcativa, implica distribuir esfuerzos y beneficios de manera solidaria e involucra a todos los sectores, económicos, sociales, culturales, políticos e institucionales, para obtener justicia social. No podemos dejar de ver que la historia está llena de discrecionalidades de los poderes de turno y es en ese sentido que las oportunidades solo pasan a ser simples “rachas de ocasión”. En un verdadero plan de federalización nada puede quedar fuera de él.

Pensar un país federal supone crear políticas públicas que propendan al bienestar común, para todas y todos, considerando las necesidades de cada territorio, trabajando en sus fortalezas para así aprovechar más y mejor el desarrollo estratégico que cada región ofrece. Esto debe estar impulsado con una mirada de arraigo, es imprescindible que cada pueblo sea pensado individualmente y para ello hay que dotarlos de herramientas que garanticen la sustentabilidad de la vida presente y futura, entendiendo por ello más y mejor salud, educación, conectividad, economías competitivas y acceso a la justicia.

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Los sujetos y las sujetas introyectamos el mundo exterior, su ecología, lo hacemos parte de nuestro mundo interno y por eso entendemos que hay que lograr un cambio de paradigma promoviendo las condiciones que permitan a cada individuo generar pertenencia con su lugar de origen, comprender esto es muy importante porque no poder lograr esa pertenencia y estar cambiando todo el tiempo hace que se pierde a si mismo y la identidad desaparece.

El federalismo requiere fortalecer los gobiernos locales a través de obras de infraestructura que permitan conectarse bajando los costos estructurales de cada región y así avanzar en la autonomía integrada de los pueblos, para que el proceso de la toma de decisiones sea determinado según las capacidades de cada territorio y en sintonía con la posición estratégica que derive de la retroalimentación que pueda darse con otras economías cercanas.

EL presidente en varios de sus discursos públicos ha señalado en forma categórica que “muchas veces el más tonto de los ricos tiene más posibilidades que el más inteligente de los pobres” dando así por desechado el relato de “meritocracia” con el que pretendían subordinar, poniendo de manifiesto la enorme desigualdad histórica que ha profundizado el macrismo y que se debe recomponer para alcanzar el objetivo de ser mejores. Luego de cuatro años de desidia, se está hoy frente a un gobierno de tinte progresista, un estado presente y con voluntad política, que se propone recuperar la producción y el trabajo para el desarrollo y el crecimiento del país.

Se necesita concentrarse en la propia agenda, arraigarse a la cultura, a las propias tradiciones, al folklore para lograr un país socialmente integrado. Hay mucho trabajo por delante, mucho por reconstruir, un tejido social muy dañado que necesita de un estado contenedor, criterioso y que se involucre con las particularidades humanas y territoriales, para poder alcanzar el anhelo de nacer, crecer, estudiar, trabajar, vivir y morir habiendo tenido una vida digna donde se nació o eligió vivir.

Por Luciana Isabela Quetglas  –  Eduardo Gabriel Solari – Agrupación Sudeste – Primavera 2020